"Hace mucho tiempo que tenía la inquietud de escribir. Uno de mis sueños más grandes en la vida es ser escritora",
Cassandra Colis.
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Fotografía: Andrea Troncoso. |
Platiqué con la dramaturga, directora y actriz Cassandra Colis sobre 404 Not Found, la cual, se presentó en el 33 Encuentro Estatal de Teatro el 10 de junio de 2023 a las 6 y 8:30 pm. Estuve presente en la segunda función y provocó tantas emociones en mí. Ella está acompañada por un gran equipo creativo y la obra tiene el sello de Cía. Gorguz Teatro.
Deseo que siga alzando la voz, continúe llevando su mensaje, verdad y poética teatral a "niñas y mujeres de esta tierra".
¿Cómo fue el proceso de escritura? Es decir, ¿cómo surge la idea de contar tu vida pensando en que va a ser llevada a la escena o al teatro?
La verdad es que yo llegué muy tarde al teatro y yo no conocí el teatro hasta que me metí a Escénicas*. O sea, ya grande a diferencia de muchos que, no sé, hicieron teatro de chiquitos o conocieron el club de teatro en la prepa o algo así. Yo no conocía nada, para mí el teatro era el lugar al que vas a bailar y a cantar. O sea, no conocía la disciplina como tal. Entonces, es el primer encuentro con el teatro. Y esa etapa mía de descubrir lo que era. Fue como una etapa de enamoramiento, de decir “claro esta disciplina me encanta porque envuelve todo".
Es una disciplina que envuelve a la danza, que envuelve a la música, que envuelve la literatura. O sea, todo hay aquí. Entonces, tenía esta inquietud de contar la historia de mi mamá, tenía la inquietud de ser escritora y al final soy actriz. O sea, me gusta tanto el teatro que encontré una manera de poder unir las tres. Esa es como la historia corta, la inquietud.
La historia larga, en realidad, ¡híjole! Se divide como en mil cosas. La primera vez que yo escribí algo sobre mi mamá era en la Facultad. Estaba, no me acuerdo en que semestre era, pero estaba llevando una clase de dramaturgia. Todavía hasta la fecha, no sé si me puedo decir a mí misma que sea dramaturga o dramaturgista porque siento que las reglas o las bases de cómo se escribe una dramaturgia nunca la sigo. Siempre la rompo y hago otras cosas raras y distintas. Soy muy narrativa. Al final me gustan mucho las novelas, soy muy lectora. Me gusta mucho la poesía. Entonces, como que es una mezcla de todo y nada lo que hago.
Cuando escribí ese texto en mi clase de dramaturgia era una cosa súper narrativa y era sobre mi mamá. Mi maestro de ese momento, Hernando Garza, me dijo “Oye a lo mejor tú no te das cuenta, pero hay un germen muy interesante de algo que puede ser una obra de teatro en un futuro”. Y yo “Ay sí como no Jajaja. No”.
Y ya, en eso quedó muchos años. Después, en otra clase de la facultad nos montaron Mujeres de arena y pues es un texto que al final habla de las muertas de Juárez, de los feminicidios. De alguna manera eso para mí era como contar un poco lo que le sucedió a mi mamá. Pero desde otro lado, con la historia de alguien más, con el texto de alguien más. Y ahí saqué muchas cosas y ese proyecto para mí fue muy significativo por eso.
Luego unos añitos después, con Carlos Nevares montamos #39 que era una adaptación de Los justos de Albert Camus y dentro de su adaptación, como parte de su puesta, algunos de los participantes hacíamos monólogos cortititos donde habláramos sobre las cosas, las cuales nos afectaban directamente y de una manera personal relacionado con la sociedad y con la política. Entonces, obviamente yo ahí aproveché e hice mi primer monólogo donde hablaba también de lo de mi mamá. En donde hacía de alguna manera una denuncia a la sociedad, de cómo puede ser posible que estas cosas sucedan. Y al gobierno, cómo puede ser posible que no se tomen cartas en el asunto. Y ya.
Luego pasaron muchísimos años más. Y en el 2021 ganamos una beca que se llama México en escena y dentro de la beca me invitan a trabajar y a colaborar con la Compañía Gorguz Teatro como coordinadora académica. O sea, para poder ayudarles un poco a la estructuración del calendario, de las cosas que se iban a hacer durante todo el año y cosas por el estilo. Entonces, en esa primera programación nosotros teníamos esta inquietud, todo el equipo, toda la compañía de poder abordar el tema del feminismo. Pero desde otro lado y nos cuestionábamos mucho cómo hacerlo.
Y estábamos todos en la Ciudad de México y ese fue el momento en donde yo le propuse a Alberto, le dije “Oye, pues yo te presto mi historia. Te presto la historia de mi mamá, te la cuento toda completa. Desde principio a fin, todos los detalles. Consigue a alguien que le escriba. O sea que alguien te escriba un texto y móntenlo, ¡dirígela! Yo de verdad, te regalo esa historia con todo mi corazón".
Y bueno, él tiene esta metodología de trabajar ya desde hace unos años. Encontrar un tema o una historia interesante. Y luego encontrar un dramaturgo, dramaturga que sea de confianza y a quien le podamos pedir el trabajo. Y entonces le contamos la historia, se hace una investigación y se crea un texto a partir de eso. Entonces, dije “claro tiene toda la lógica. Hagamos eso”.
Y luego fue Alberto y Emmanuel Pichardo, fueron los que se acercaron conmigo y me dijeron “Oye. O sea, sí muy padre la idea, pero pues lo puedes hacer tú sola. O sea, esa es tu historia al final. Creo que no hay nadie que la vaya a poder contar mejor que tú. Entonces, ¡hazlo tú!”. Y yo de que, “ah bueno”. Y pensé "voy a escribir un texto, ¿cómo? No sé. Pero, voy a tratar de escribirles algo".
Así empecé a trabajar el texto. Fue desde agosto del 2021 hasta noviembre del 2022 que estrenamos. Terminé de escribir el texto final hasta un día antes de estrenar. Un día antes de estrenar fue donde dije “ya no puedo tocar más”. Marcela y Baudi Larsen que son los otros miembros del equipo se reían mucho de mí. Y ahorita, es hasta chiste local que me dicen “cuando estés escribiendo algo ya no te vamos a llevar a ver películas, no te vamos a llevar a ver teatro, no te vamos a dejar leer ningún libro”. Porque nada más veía o me llegaba como una idea de otra cosa, seguía redactando y seguía redactando el texto. Les digo “ay, perdón, nunca había escrito una obra de teatro en mi vida. Es la primera vez”. Entonces, de alguna manera eso me funcionaba mucho. El estarme inspirando de otras cosas, tomar ideas y hacer un collage de todo lo que se me ocurría. Ese es un poco la historia larga de cómo sucedió todo este proceso creativo con la escritura.
Sí, fue una cosa muy extraña, difícil. Obviamente, dolorosa en sus momentos también. Yo no conocía lo que era un biodrama. O sea, sinceramente no conocía. De hecho, fue Alberto quien me dijo “esto que estás haciendo es un biodrama”. Y yo, “Ah sí”. Como que tenía una vaga idea de qué podía ser un biodrama, pero nunca me metí a investigar realmente que era, cómo era. Solo como muy por encimita porque no quería que me pasara, lo digo en la obra también, no quería que me pasara esto de saber cómo se hace un biodrama, tratar de seguir al pie de la letra las reglas y terminar haciendo algo que no iba a ser como genuino. Eso sí, como que traté de no investigar más, de no saber más y de concentrarme en horas, horas y horas yo en la computadora. Yo, pluma, papel y armando ahí el rompecabezas extraño. De hecho, la obra no está hecha lineal. O sea, son como capítulos que pueden estar acomodados y desacomodados de mil maneras distintas. Hasta los últimos días fue que empezamos como a ponerle un orden. Fue lo que más nos gustaba. Incluso el orden fue más decisión de lo visual. O sea, que fuimos formando escenas separadas y visualmente lo que nos iba pareciendo que tenía de alguna manera una secuencia o que iba en crescendo o algo por el estilo.
Fíjate que hay algo que me llama la atención, 404 Not Found es un monólogo biodramático o biodrama y Vivi Tellas, a la que se le adjudica el biodrama, ha mencionado en entrevistas e incluso tú lo mencionaste “tratar de encontrar la originalidad”. Tellas mencionó “Buscar en la biografía momentos teatrales donde hay ficción”. Es decir, contar la verdad. Dime la verdad Cassandra, ¿qué fue lo más difícil de contar tu historia, de contar tu vida para llevarla al teatro?
Uy, ¡híjole! Pues, ya después me tocó ahora sí conocer a Vivi, justo estoy tomando ahorita ya un curso más formal con ella. O sea, ahora sí de aprender bien la técnica y todas las bases. Y me gusta mucho esta frase de ella. Ella también lo usa mucho y nos habla mucho de eso. O sea, nos dice cómo encontrar lo teatral en la vida cotidiana. Tomar de nuestra vida cotidiana, de nuestra vida personal, de nuestras biografías. Tomar estos momentos teatrales. Yo siempre, desde chiquitita, desde antes de que sucediera lo de mi mamá siempre me imaginaba que mi vida realmente era como una novela. En ese momento no conocía muchas otras cosas de arte, mis cosas eran las novelas argentinas.
O sea, viví, crecí con novelas argentinas a más no poder. Y era un mundo súper mágico. Pero, también súper dramático y siempre sentía que eso era mi vida. De verdad, yo juraba que la autora de todas estas novelas, que se llama Cris Morena. Yo juraba que ella se había basado en mi vida. Yo lo juraba así, con todo mi corazón, que ella tomaba mi historia y la convertía en eso. Y, de hecho, muchas de razones por las cuales escribo, escribo desde chiquititita y tengo montones de diarios, desde chiquita era por ella. Porque yo decía “¡claro!”. O sea, en sus novelas eso enseñaba “canta, baila y escribe. Canta, baila, escribe y todo. Canta, baila, escribe”. Así fue un poco como me formé.
Pero siempre pensé que mi vida era muy dramática, muy teatral. Y que todo lo que me pasaba, cada año que pasaba me lo confirmaba más a mí misma. O sea, me decía ¿cómo puede ser posible a mis tres años mis papás se separan? Voy y vengo por todos lados. ¿Por qué soy hija única? ¿Por qué no tengo esto? Y luego a los diez años pasa lo de mi mamá, la cosa más dramática del mundo. Entonces, me voy a vivir a casa de mis abuelos, con mi papá. Apenas me voy a vivir con mi papá, a nuestra casa propia, muere mi papá. Y así de que “no, esto ya demasiado”. O sea, ¿qué es esto? Esto no puede ser. Y vivir todo todas esas cosas una tras otra, de alguna manera siempre me hacía sentir que esto es uno en un millón. O sea, no puede ser posible que haya otra persona que le pase lo mismo. Y aparte, no conocía gente a la que le hubiera pasado lo mismo.
Ahora, ya a la fecha he conocido a tanta gente que me cuentan sus historias, que digo ¡wow! Uno a veces cree que está solo en el mundo y en realidad a mucha gente le pasa. Entonces, a la hora que yo ya estaba escribiendo esta historia, a mí me quedaba claro que la muerte de mi mamá había sido una cosa muy fuerte. Y, por lo tanto, teatralmente se podía trabajar de alguna manera también muy interesante. Pero, creo que ahí la cosa fue que, al no friccionarlo, hay una ficción de por medio evidentemente, pero al no buscar escribirlo desde la ficción, sino que, al buscar escribirlo desde mi verdad, salieron muchas cosas que no me esperaba, que yo no planeé que fueran así.
Voy a poner un ejemplo que creo fue lo más difícil de contar, mi verdad. Cuando estaba escribiendo el texto y ya iba a llegar al final, al que yo creía que era el final de la obra. El final de la obra era un reclamo directo a mi familia que yo sabía que me iban a ir a ver, que yo sabía que iban a estar sentados ahí ese día. Era un reclamo directo, pero directísimo. De decirles “yo entiendo que no me hubieran contado la verdad cuando tenía diez años porque estaban tratando de cuidarme. Ok. Pero, tengo 26. En ese momento tengo 26 años y siguen sin contarme nada, sin sentarse a hablar conmigo del tema. Solo dieron por hecho que yo me enteré quién sabe cómo y nunca hablaron conmigo".
Era un reclamo durísimo, terrible que venía desde un coraje que traía enterrado desde hace no sé cuántos años. Entonces, cuando yo estaba leyendo eso y leía ese final, decía “¿cómo voy a hacer esto? No sé cómo voy a enfrentar a mi familia de esta manera si nunca he hecho algo como esto. Entonces, pues nada. Lo que pasó fue que cuando empiezo a hacer labor de investigación física, de ir a la casa, ir a la PGR. Ese día que por fin me entregaron la carpeta, porque fui varias veces, llamé varias veces. Fue todo un proceso larguito, no encontraban la carpeta, decían que no existía. Y yo así, de “no puede ser. O sea, no puede ser”. Y nada, resultó que tenían mal escrito el apellido. Luego ya la encontraron, ya cuando la encontraron y pude ir a verla, ese día que la estaba leyendo, ese día que vi las fotos, que es todo lo que mencionó como más o menos al final de la obra.
Esto no lo menciono, lo que pasó ese día fue que cuando llegué a la casa dije “es que ese no puede ser el final de mi obra”. O sea, el reclamo que tenía. Porque ese fue el día que me cayó el veinte. Y dije “pobrecito de mi papá. O sea, pobrecita de mi abuela. Pobrecitos de mis tíos. Pobres de todos. Porque a mí me tocó chiquita, yo no entendía nada, ¿sabes? Yo de todos modos, claro que me afectó. Claro que eso tuvo repercusiones en mi vida. Pero muchas cosas me las pasé por el arco del triunfo. Muchas cosas nunca las entendía hasta ahora. Y a ellos les pegó en otra edad. Y les pegó en otro momento, les pegó de otra manera que ni me puedo imaginar.
O sea, en otros tiempos la palabra feminicidio ni siquiera existía. En ese entonces ni siquiera existía la palabra, el término. Entonces, no puedo ni imaginar lo mucho que sufrieron ellos. Lo difícil que fue para ellos y que seguro sigue siendo hasta la fecha. Porque ya después de la obra he podido hablar. Y claro, ahora entiendo completamente. Ese día dije “esto no puede ser. No puedo echarles la culpa a ellos”. Ellos tampoco sabían cómo tratar con una situación. Entonces, eliminé todo ese final. Todo lo borré. Normalmente guardo las correcciones que hago, eso no lo guardé. Nada, dije “adiós”. Lo borré todo y reescribí un nuevo final que era toda esta documentación, el texto donde estoy describiendo lo que pasó.
Ese día yo no podía dejar de pensar en mi tío Pepe, porque cuando leí la carpeta de investigación me enteré de que él fue el que reconoció el cuerpo. O sea, él fue al que mandaron a verlo y a reconocerlo porque mi papá lo tenían todavía como sospechoso. Creo, no sé cómo estuvo, pero como que él no podía. Entonces, fueron y mandaron a mi tío Pepe que es su hermano menor. Y entonces, ahí le tocó reconocer el cuerpo y siendo de todos modos chavos. Mi mamá tenía treinta y tres, creo que le llevaba más de cinco añitos. De todos modos, era muy chico. Entonces, Claro que me dije "si a mí a esta edad me hubiera tocado reconocer el cuerpo de mi hermano, mi hermana o sea no sé cómo me hubiera puesto, qué me pasaría".
Entonces, no podía dejar de pensar en él. Y me acordé de que él había escrito una canción para mi mamá después de que falleció. Él como hermano le escribió una canción que es autor. Entonces, todo el día la estuve cantando, todo el día le estuve cantando, todo el día le estuve cantando. Y dije “voy a hacer un experimento” y me puse a reescribir su canción. No le cambié palabras, le cambié cómo haría esa canción si lo hubiera escrito yo. Y así fue como salió la canción del final. O sea, por eso terminé con esa canción. Y eso salió un día antes de estrenar.
Un día antes me acerqué con Baudi Larsen, con Marcela y les canté la canción llorando. Y todos empezaron a llorar, ese es el final. Por fin lo encontramos y ya. Ese fue ese fue el día que describo que luego salimos y empezó a llover y todo. O sea, todas esas cosas. Entonces, sí fue como muy muy lindo, fue muy emotivo, muy difícil también. Yo creo que esa fue la parte más difícil. El aceptar que había cometido un error no nada más en el texto sino en la vida. O sea, de haber guardado tanto rencor por algo que tampoco les correspondía a ellos o que no sabían cómo tratarlo y el aprender a manejarlo desde otro lado. Creo que esa es la anécdota como de todo el proceso que fue lo más pesado y lo más difícil.
Estar ahí, frente a ti. Frente a la actriz que está diciendo la verdad con todo su cuerpo y su ser después de un proceso de vida tan fuerte como el tuyo. Nos encontramos con la experiencia de tantas emociones que se encuentran en el teatro que a veces no es tan fácil definir o explicar. Pero, en esto que vivimos como espectadores, en estos procesos sigo descubriendo cómo se cuenta la vida y verdad en el teatro. Gracias por compartirlo Casandra Colis.
*Cassandra es egresada de la Facultad de Artes Escénicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Entrevista realizada por Aarón Coré
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