Palabras y actos: II Hamlet, de William Shakespeare. Por Aarón Coré.

 Polonio: ¿Honesto mi señor?

Hamlet: Sí, señor. Ser honesto tal como va el mundo, es ser un escogido entre diez mil.

Hamlet, William Shakespeare.

   

   En la obra de Hamlet hay personajes que ocultan, buscan, encuentran y dudan como en la vida misma. ¿Qué hacen ellos a fin de descubrir la verdad en el Castillo de Elsinor? ¿Quién actúa de forma honesta? ¿Se encuentra en Dinamarca o el mundo un ser con honestidad ante los ojos del príncipe? ¿Por qué él sostiene que es una cárcel el lugar donde una vez fue libre?

Polonio: Lo primero que habéis de averiguar es qué daneses hay en París, quiénes son, cómo y dónde viven, con qué medios cuentan, o con qué gente se tratan, qué gastos tienen; y descubriendo por tales rodeos y preguntas indirectas que conocen a mi hijo, os acercáis a vuestro objeto más de lo que lograríais con vuestras investigaciones particulares. Presentaos como si lo conocierais de vista... (Acto II, escena I).

   En el acto II, William Shakespeare muestra a alguien tal y como es al llevar a cabo un hecho. Polonio indica a Reinaldo cómo manchar la reputación, vigilar e investigar los pasos de su hijo Laertes. Al parecer, es un tipo experto en ese campo, sabe colocar el cebo de la mentira para atrapar peces de verdad. El acto de espiar[1] a su hijo y a los daneses en suelo extranjero manifiesta acciones que estaban escondidas al lector. Cualquiera dentro o fuera del reino no se librará de estar siendo vigilado. El sujeto observado estará condenado a lidiar con amigos y conocidos tramposos. ¿Es perverso? Sí, lo es. Pero el Rey Claudio así obtiene la información necesaria para encubrir su asesinato y seguir en el poder.

   ¿Cuántos se están colocando la máscara deshonesta  frente a Hamlet? Ofelia informa a su padre todas las acciones de quien la está enamorando. Para Polonio, todo lo que hizo el sobrino del rey ante la joven, está asociado a la locura. A él no le importa detenerse a pensar si ha errado al emitir su juicio, sólo se fía de lo simple. Para él, un rechazo de amor desata la locura en un hombre. No le pasa por la mente que el hijastro del rey, ha descubierto la gran mentira del régimen y eso lo ha conducido al borde de la cordura.

   Por otro lado, el rey Claudio tejió buenas redes de espionaje al invertir tiempo para estudiar el círculo de amistades cercanas al sujeto vigilado. Por eso recibe a Rosencrantz y Guildenstern, quienes hasta ese momento eran amigos de estudios de su sobrino, para darles la consigna de obtener y recopilar toda la información que revele el porqué de cada acto del sobrino incómodo. ¿Quién puede detectar a un represor disfrazado de amigo preocupado? ¿Rosencrantz y Guildenstern no tenían la capacidad como para criticar esa acción o negarse?

Rosencrantz: Con su soberanía sobre nosotros, pueden poner sus vulnerables placeres más como orden, que como ruego.
Guildenstern: Pero los dos obedecemos y aquí nos entregamos cuanto el arco se curva a dejar nuestro libre servicio a vuestros pies en lo que se nos mande. (Acto II, escena II).

   De manera que, este régimen consigue el éxito en las áreas políticas, familiares y represivas. Envió embajadores a Noruega para suplicar a un viejo enfermo detener el avance del hijo del rey Fortinbrás. Y lo consiguió. Fortinbrás hijo, desistió y ahora dirige su mirada hacia Polonia. La idea de la guerra externa ya no amenazará a Dinamarca y en consecuencia, se ha diluido todo mal augurio del reino.

   Además, a este triunfo político se agrega otro. Polonio al entregar como prueba una carta redactada por el hijo de la reina y dedicada exclusivamente para Ofelia, se afirma como un eficiente instrumento y consejero de estado. Así es como Claudio se entera que su sobrino se ha transformado en un loco por haber sido rechazado en el amor. Y para despejar cualquier duda al respecto, el viejo Polonio se regodea al proponer una eficaz trampa donde el rey y la reina Gertrudis se esconderán detrás de un tapiz para escuchar cómo el consejero de estado pronuncia palabras que pongan en evidencia la locura del hijo de la reina. Pero ¿en qué se ha transformado el hijo del padre asesinado? ¿Por qué se percibe diferente?

                              Entra Hamlet leyendo un libro. (Acto II, escena II).

   Es maravilloso lo que implica la acción del personaje. Este príncipe mientras lee, se sabe observado. Mientras Camina leyendo y tiene presente a los muros plagados de oídos y ojos que todo lo miran. También, distingue de forma perfecta las palabras que emite la máscara de una persona. Por eso, el rey Claudio sigue intranquilo y cualquier explicación respecto al comportamiento de Hamlet, no le satisface. Y si llegara a utilizar diez mil gentes a su servicio, está consciente de la desventaja ante un ser suspicaz, sensible y culto que lleva en su ser valores vinculados la verdad y justicia.[2]

   He elegido el epígrafe debido a dos razones: sintetiza el tema de la honestidad del segundo acto. Además, ni Polonio, ni las personas  bajo el tapiz, entenderán las inteligentes respuestas de Hamlet. En lugar de prestar atención al significado oculto de las palabras, se proclama victorioso al confirmar que está hablando con un loco. El consejero de estado no se ha enterado del fracaso de su trampa.

   Ahora bien, el hijo del rey fallecido está custodiado. No hay lugar en el castillo donde él pueda estar un momento a solas. Todo el mundo conoce sus acciones y el lugar donde se encuentra. Incluso Rosencrantz y Guildenstern a pesar de haber llegado recientemente al país, saben el lugar exacto donde acostumbra a leer. Y como era de esperarse, el príncipe lector sabía que la visita era parte de una treta del rey y los desenmascaró por medio de la palabra. Creyeron cumplir fácilmente con lo ordenado y fracasaron. Cuando Hamlet expresa cómo ya no lo deleita el hombre y la mujer, demuestra proporciones de pensamiento y calidad humana de una forma profunda. Rosencrantz y Guildenstern se encuentran ante un hombre pensador de la esencia, causas y fines del ser humano. Frente a un ser así, no hubo otra escapatoria y terminaron confesando su deslealtad al prestarse para ser enviados por el rey. Su acto confirma la falta de seres honestos no sólo en Dinamarca, sino en el mundo entero. No cabe duda, el rey Claudio se equivocó al menospreciar la capacidad intuitiva de su sobrino y enviarle personas para saber si está enterado del asesinato.

Guildenstern: ¿La cárcel mi señor?

Hamlet: Dinamarca es una cárcel. (Acto II, escena II).

   Además de ser descubiertos y de confesar, los desenmascarados informan sobre los actores dirigiéndose al reino. Tal vez, así creen haber desviado la atención, eso se sabrá en otros actos, lo interesante aquí es el hecho de que Hamlet es un gran conocedor de las pasiones humanas, lector, filósofo, director, actor, memorizador de textos latinos, conocedor del trabajo de la voz e incluso sabe cómo armar textos dramáticos para que el hecho teatral exponga la situación interna de Elsinor.

   ¿Por qué dar muerte inmediata al Rey Claudio no resultó ser algo tan simple? Por fin el hijo del rey asesinado expone su ser. El final del acto demuestra la carga sobre sus hombros. Él se enfrenta a la deshonestidad de quienes están cerca y, además, a pesar de haber descubierto una represión, espionaje, golpe de estado y fratricidio no ha ejecutado la venganza a favor de su padre. Es una persona que está pensando demasiado y se detecta en sus palabras:

Hamlet: Canalla torpe, espíritu de barro, me escabullo como Juan soñador, incapaz de mi causa, y no sé decir nada; nada, ni por un rey en cuya propiedad y carísima vida se hizo una condenada destrucción. (Acto II, escena II).

   Él es más que un personaje, está siendo humano. Está dudando de la palabra de un fantasma. Por lo pronto, lo está llenando de seguridad una obra preparada por actores y enfocada a espectadores de la familia real. Este príncipe  utilizará su capacidad para observar las reacciones de su tío al ver un asesinato en la obra. Cuando el actor y espectador se encuentren por medio de las palabras y actos, la máscara deshonesta del asesino caerá. Hamlet sabe que sólo el teatro es capaz de provocarlo. Y él, mirará  a la distancia. El teatro mitigará sus dudas, lo moverá a actuar y dejará de ser un simple espectador. Maravilloso, ¿no?

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Leer el análisis del Acto I: 👇
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[1] Para profundizar más sobre cómo a Hamlet lo espían todo el tiempo, ver el ensayo de Jan Kott “El Hamlet de este medio siglo”.

[2] Ser honestos, una actitud definitoria de la calidad humana, de María Elena Balán Sainz.
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Referencias:

Shakespeare, William (1969) Hamlet. Madrid: Salvat: Alianza.

Balán Sainz , María Elena (2016) Ser honestos, una actitud definitoria de la calidad humana. Grama. Tomado de http://www.granma.cu/opinion/2016-08-04/ser-honestos-una-actitud-definitoria-de-la-calidad-humana-04-08-2016-22-08-10

Kott, Jan (2014). Ensayos sobre Shakespeare. Adaptación de China Editora. ¡a ed. Buenos Aires: China Editora.
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Aarón Coré.*
   Nació en Monterrey, Nuevo León, México en el año de 1982.  Egresó el 2015 de la Escuela de Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. (UANL). Actualmente, cursa el sexto semestre de la Licenciatura de Educación en la misma universidad.

   El 23 de marzo de 2020, creó la Revista Sector Nostalgia. Pasión por el retorno... A través de este proyecto, se retorna a un tema cultural, personaje o trayectoria de un artista específico y se vincula con nuestro presente por medio de la escritura, podcast, entrevistas y breves documentales.

   Fundó  Mezquiteatro, el 6 de febrero de 2019, una compañía teatral independiente en la que realiza talleres, escritura, teatro y encuentro con las comunidades.  

*Actualizado el 04 de septiembre de 2021. Monterrey, Nuevo León, México.


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