Cronos teatral: Eugenio Barba y el retorno a los orígenes. Por Aarón Coré.

“Tener una tierra en común significa esto: que raíces que han crecido en otros lugares pueden introducirse y transformarse plenamente en mí”. 
Eugenio Barba.
     

¿Para qué retornar a los orígenes de Eugenio Barba? La mayoría de las veces cuando uno inicia con la idea superficial de convertirse  un actor, actriz, director de teatro, se enfrenta al descubrimiento de que hay múltiples reformadores teatrales del siglo XX que dan importancia al hecho de volver a nuestros orígenes (¿Quién soy? ¿De dónde vengo?). A partir de ese punto, el futuro artista escénico sabrá lo que verdaderamente implica realizar actos creativos orgánicos que están entrelazados a los procesos de vida.

     Eugenio Barba es un hombre dedicado al teatro, la lectura, observación, análisis e incluso, al estudio de diferentes territorios culturales. Su pensamiento y práctica a mediados del siglo XX consistió en realizar una mirada exhaustiva sobre el entrenamiento teatral, teoría, práctica y reflexión. El encuentro con su propuesta continúa encendiendo llamas europeas, americanas, asiáticas o latinoamericanas. Y para un servidor, es uno de los reformadores escénicos más interesantes a la hora de estudiar la historia del siglo XX. 

   La pregunta ¿de dónde vengo?  que  se presenta al abordar el  teatro,  él la ha compartido a través de sus memorias. Nació en 1936 en una ciudad conocida como Bríndisi, situada a orillas del mar Adriático. Al relatar sus orígenes, sabe que el punto de partida se encuentra en las memorias de la infancia. Dolorosas o no, ahí está la riqueza que con el tiempo encenderá el fósforo para iluminar los inicios de grandes proyectos de vida. Su infancia tuvo como contexto a una Italia fascista y  fue testigo de las bombas que derribaban las casas italianas. Ese gran estruendo está presente en sus retornos.

  Por lo tanto, imaginarlo niño es concebirlo como un sobreviviente. Además, también aprendió a través de las carencias. Recuerda desde lejos, a su madre preparándolo  para conseguir alimento, mientras el padre, se encontraba enfermo. Pero, destaca más sus andares donde conseguía monedas  para la comida. 

Vengo de esos paseos solitarios librados a la ventura. (Barba, 2010:32).

   De la mudanza a Gallipoli, quedaron los recuerdos de las casas, barcos, pescadores y el mar rodeando la isla pequeña. Su madre tenía instrumentos de costura  y los guardaba en una caja que él utilizaba para  jugar. Los personajes de su imaginación eran interpretados por los botones que contaban historias en silencio.  Ahí estaban los inicios  del futuro creador imaginando una y mil historias a altas horas de la noche.

Vengo de aquella caja de botones, Vengo de una noche que dura toda la vida. (Barba, 2010:32).

     En la etapa de los 14 años en una escuela militar napolitana, existe un elemento importante  vinculado a la soledad y la lectura.  Al ingresar al colegio militar, entre el compañerismo y su preparación, obtuvo un castigo y contrario a lo que esperaba recibió por parte de un capitán,  una obra de Pirandello: El difunto Matías Pascal , así  llegó de improviso ese dramaturgo a su vida para sacudirlo. El acto de que alguien le compartiera lecturas, generó frutos sus frutos al paso del tiempo.

Vengo del pequeño armario de vidrio que el capitán Rossi abría con una llave de muñecas. (Barba, 2010:33).

  Hay una importante afirmación de Eugenio Barba cuando retorna a sus memorias. Se trata sobre las visitas que realiza a la tumba de su padre para hablar con él sobre la vida que realiza. Ese diálogo tiene dos significados para quien lo estudia y que él mismo explica. Al platicar con su padre muerto, está ejemplificando lo que constantemente practica y sugiere en sus escritos. Consiste en leer los escritos de los reformadores del teatro que han fallecido. La conversación que sostiene en la tumba de su padre es imprescindible para ir dibujando los orígenes de un teórico que ha tenido diálogos interminables con hombres y mujeres que no habitan su tiempo y que realizaron propuestas teatrales a través de los libros.

Vengo de un padre que no tuvo el tiempo de envejecer y de sufrir por un hijo extranjero. (Barba, 2010:33).

       En su historia familiar, tiene una característica  que persigue a cada una de las generaciones. Sus abuelos y tíos abuelos se suicidaron y de cierto modo, su hermano, padre y él mismo, han demostrado llevar plenamente esa marca al romper con la vida de una o mil formas distintas.

Vengo de la tara de mi familia. (Barba, 2010:33).

     En el año d 1954, llegó a Noruega y un soldador llamado  Eigil Winnje le dio grandes lecciones mediante la exigencia y rigor del trabajo de calidad que se requiere al elaborar un trabajo artesanal como grupo. Es importante el aprendizaje que obtuvo en ese taller cuando era soldador. Años después, lo vinculó al  oficio teatral. Escribió y practicó sobre cómo en el teatro, todos realizan los mismos deberes y tareas que el otro. En el espacio en que se convive, nadie está por encima del otro. Y me he encontrado con las memorias de personas latinoamericanas que interactuaron con él y aplicaron dichas enseñanzas en sus grupos, memorias y docencia.

     Retorno a los orígenes de Eugenio Barba y a la misma vez, a este proyecto de revista que mensualmente publicamos. Cuando leí  en su libro Antropología Teatral el concepto de la palabra nostalgia o nostos-algos, encendió una llama interior. Fui a los orígenes de la historia escénica, de la mano de sus investigaciones antropológicas. La consecuencia fue que algo se iba encendiendo de a poco hasta devenir en llamarada. Revista Sector Nostalgia. Pasión por el retorno, viene de ahí, de los incendios  que él provocó en sus escritos. La revista terminó navegando hacia los orígenes de cada artista del pasado para vincularlo con el presente del teatro y la cultura.  

    Iré abordando en futuros artículos las siguientes etapas del teórico, siempre de la mano de sus libros e infinidad de testimonios. Quiero seguirlo leyendo, dialogar con él a pesar de la lejanía de nuestros territorios, encontrarme ante nuestras diferencias, afrontar su calidad, disciplina, modos de ver el oficio, aprender y seguir repensando-practicando la maravilla del oficio teatral-cultural. El camino es largo, pero mientras uno va navegando hacia los orígenes, va leyendo, conociendo, aprendiendo, practicando, reflexionando  y manteniendo encendida la hoguera de los sueños. 

Vengo de allí, de aquel mundo de dinamismos e impulsos. (Barba, 2010:34).

Por Aarón Coré.
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Referencias:

Barba, Eugenio (2010). ¿De dónde vengo?  Quemar la casa. p. 21-34. Editorial: Artezblai.

Barba Eugenio (2008) La conquista de la diferencia. Editorial San Marcos: Perú.

Barba, Eugenio & Savarese, Nicola. (1990) El arte secreto del actor. Diccionario de Antropología teatral. Segunda edición. Ediciones Alarcos: Perú.

Clarín (2011) Eugenio Barba. La pasión a fuego lento. Tomado de https://www.clarin.com/espectaculos/teatro/Eugenio-Barba-pasion-fuego-lento_0_H1UA6PTw7g.html
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Aarón Coré.*
   Nació en Monterrey, Nuevo León, México en el año de 1982.  Egresó el 2015 de la Escuela de Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. (UANL). Actualmente, cursa el sexto semestre de la Licenciatura de Educación en la misma universidad.

   El 23 de marzo de 2020, creó la Revista Sector Nostalgia. Pasión por el retorno... A través de este proyecto, se retorna a un tema cultural, personaje o trayectoria de un artista específico y se vincula con nuestro presente por medio de la escritura, podcast, entrevistas y breves documentales.

   Fundó  Mezquiteatro, el 6 de febrero de 2019, una compañía teatral independiente en la que realiza talleres, escritura, teatro y encuentro con las comunidades.  

*Actualizado el 04 de septiembre de 2021. Monterrey, Nuevo León, México.


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