Dios es un bicho: nuestra primera obra como Dialekto Teatro. Eber Rangel

"La obra está llena de preguntas, hay muchas preguntas que de pronto son muy filosóficas. Y eso es algo que me atrajo mucho del texto. Siento que son preguntas que ni siquiera como adultos las respondemos", 

Eber Rangel.


Fotografía: cortesía de Eber Rangel.

  Hablar con Eber Rangel, integrante de Dialekto Teatro sobre "Dios es un bicho", cómo se gestó a través de la colectividad y de pensar en llevarlo a más territorios... ha sido inspirador. ¡Que sus obras lleguen a más territorios y eventos teatrales!

 En esta serie de entrevistas, conversamos sobre Dios es un Bicho, de Enrique Olmos de Ita. La obra la dirige Eber Rangel y se presentó en el 33 Encuentro Estatal de Teatro Nuevo León el 11 de junio a la 1 y 4 pm.  


Eber, me da gusto saludarte, conocerte.

Sí, estoy encantado de participar contigo. Colaborar contigo. Muchísimas gracias.

 El gusto es mío Eber, estoy viendo la lista de personas, de actores, todo el equipo que hay en el medio teatral que está participando en el 33 Encuentro Estatal Nuevo León. Y me llama la atención que entre toda la propuesta que hay para las funciones de ese encuentro, esté una obra que se llama Dios es un Bicho de Enrique Olmos de Ita. Y ahí, en una parte de la imagen oficial de la obra se especifica teatro para niños. Considero que este tipo de obras que estás tomando como director traen un mensaje más profundo. Mencionabas que no es una obra con "un mensaje aleccionador" y creo que el teatro nos permite hacer eso sin importar las audiencias a las que te estés dirigiendo. Háblame sobre Dios es un dicho.

 Bueno pues Dios es un bicho es la historia de Lucía y Manuel dos niños de ocho años. Lucía llega nueva al vecindario, ella se mueve constantemente de ciudad por el trabajo de sus papás. Y bueno, llega a un nuevo vecindario, conoce a Manuel y digamos que la característica principal que nosotros vemos en la obra es que Lucía viene de una familia de científicos. Y Manuel proviene de una familia religiosa. Entonces, a Lucía le hacen un regalo que es una mascota a la que deciden llamar Dios.

Entonces, cuando Manuel va y le cuenta a su mamá que su amiga Lucía tiene una mascota a la que le llaman Dios y que él quiere una igual, pues la mamá se saca de onda. Dice “¡cómo es posible!” O sea, ¡cómo le van a llamar a una mascota Dios! Entonces, vemos ahí cómo se crea un conflicto entre los adultos y deciden que sus hijos no deben verse más. Le prohíben a Manuel que se junte con Lucía y cuando Lucía a su vez le cuenta a sus papás y les dice, ya no dejan venir a Manuel por tal…los papás de Lucía también reaccionan, muestran su punto de vista y los llaman intolerantes. Entonces, también le prohíben a Lucía que se junte con Manuel.

Los niños constantemente están preguntándose ¿qué es Dios? La obra está llena de preguntas, hay muchas preguntas que de pronto son muy filosóficas. Y eso es algo que me atrajo mucho del texto. Siento que son preguntas que ni siquiera como adultos las respondemos. Pero, llega un punto en el que dices “ah bueno, es esto, por esto y por esto". Pero si regresas a esta infancia dices “claro yo también tenía todas esas dudas y las sigo teniendo ahora”.

Fotografía: cortesía de Eber Rangel.

 Tengo, ¿cómo decirlo…? Una justificación más lógica de las cosas. Pero, igual siguen estando esas dudas, ¿no? Entonces, los niños se preguntan ¿qué es Dios? ¿Para qué sirve? ¿Cómo? ¿Cuántos dioses hay? ¿Por qué la gente necesita creer en un Dios? Todo este tipo de cuestionamientos porque ellos el único Dios que han visto en vivo pues es el perro ¿no?

Ellos están constantemente tratando de encontrar ese significado ¿Por qué la palabra Dios pone tan mal a sus papás al punto de que no les permiten verse? Y están buscando en la obra la manera de solucionar ese problema porque para ellos realmente no es algo tan complejo. Dicen “a ver, si yo este respeto lo que tú crees y tú respetas lo que yo creo pues no debería haber como mayor problema. No tiene por qué influir en que nosotros seamos amigos o no. Entonces, finalmente los papás de Lucía cambian otra vez de trabajo. Se van y pues Manuel nunca más vuelve a ver a Lucía y se queda ahí esa espinita y que ya no pudo ver a su amiga porque pues les separaron. De eso va un poco Dios es un bicho.


Fotografía: cortesía de Eber Rangel.

Qué interesante lo que mencionas, que un niño y una niña hacen lo que deberían de hacer en ese mundo de los adultos. Están cuestionando su mundo. Pienso ¿En qué momento como adulto dejamos de cuestionar el mundo y comenzamos a poner reglas?  Ahora, por el tema que tratas, ¿pensaste que habría algún tipo de problema cuando lo cuestionaras desde la escena?

 Por supuesto, nosotros teníamos muchos nervios cuando se estrenara. No sabíamos cómo lo iba a recibir la sociedad regiomontana que es bastante tradicional, ¿no? Entonces, algo que me gusta mucho de los textos de Enrique Olmos de Ita es que son muy polémicos. Entonces, alguna vez que tomé un taller de dramaturgia con él, nos dijo en el grupo que las obras siempre no podía iniciar, no podía comenzar a escribir antes de tener como un nombre para la obra. O sea, eso es con lo que él iniciaba. Tenía que encontrar el nombre ideal de la obra. Entonces, la escuchas y pudiera parecer ofensiva. Al instante dices “bueno, ¿esta obra de que va?”. Y si nos pasó. Yo la verdad es que no llegué a verlo como tal, pero sí supe algunas personas que estuvieron, no sé si decirlo… manifestándose o ¿qué? Pero estuvieron algunas personas afuera de la sala experimental diciendo que la obra la libertad religiosa. Algo así y luego nos subieron a redes también. Me parece que a una página que se llamaba radio acción cristiana que decía que CONARTE estaba haciendo esto.

 Sí dijimos “bueno, esto puede ser que sea apenas algo que comience”. Pero no, ahí terminó. Se fue corriendo la voz, que la obra estaba enfocada desde la tolerancia. Que es justo lo que nosotros queríamos hacer Siento yo, desde mi perspectiva como director, que el texto no era tan neutro, creo que ligeramente había un sesgo como de superioridad del lado científico, del lado ateo hacia el lado religioso. Entonces, yo dije no, se trata como de los niños, los niños son quienes vienen a darnos ese mensaje. Porque realmente dentro de ellos existe no tienen esta malicia. Entonces, yo dije tenemos que abordarlo desde ahí, desde la tolerancia y poner en lados iguales a los papás. O sea, que la gente no sienta cuando venga a ver la obra que es como “ah claro, me estás diciendo que es bueno ser ateo o es bueno ser religioso. O es malo o malo tal cosa. Entonces, eso es lo que tratamos de hacer y respondiendo a tu pregunta, sí. Sí teníamos nervios de que pasara algo así. Te digo, sucedió algo, un incidente pequeño. Pero, después de eso nada, la gente ha tomado bien el montaje.

Leonardo Garza.
Fotografía: cortesía de Eber Rangel.

Van tres selecciones en eventos teatrales, incluido el 33 encuentro Estatal de Teatro Nuevo León, ¿cómo ha reaccionado la audiencia?

 Increíble, la verdad. Es que no nos esperábamos que la reacción de los niños fuera así. O sea, yo dije “bueno, vamos a hacer algunos videos donde grabemos la reacción del público porque es importante para difundirlo. Pero, ni siquiera fue necesario que nosotros nos acercáramos con los niños o con las familias. Al final de la obra tenemos una pequeña interacción para que ellos puedan tomarse fotografías. Entonces, ellos solitos venían porque les llamaba mucho la atención el títere. Querían tomarse fotos con el elenco y ellos solos nos daban su punto de vista de la obra, nos decían “es que yo creo tal cosa”, “ambas familias están erróneas, pero a la vez están bien”. Y nosotros sorprendidos. No solamente los escuchábamos, ellos solitos venían a darnos su punto de vista de la obra, qué les parecía. Algo que también pensamos, no queríamos como limitarla solo a un público. Entonces, dijimos “tenemos que hacerla atractiva para todo público”. Sí está sugerida para mayores de siete años, pero si la ve alguien más pequeño, igual puede divertirse. Entonces, pasó eso. Fueron niños más pequeñitos y era como “Ay, quiero una foto con el perrito, quiero una foto con las máscaras”. Visualmente es atractiva para ellos y para los niños ya un poco más grandecitos  les generaba está cosquilla, está duda de “oye sí, es que yo había pensado tal cosa” o “a mí me pasa tal situación igual”. Entonces, lo pensamos así para que fuera apto para todo público. Y ahora que mencionas la cuestión infantil, nosotros tratamos de enfocarlo como teatro para infancias. Pero, desde el punto de vista ,que es como…vaya, a la infancia que todos llevamos dentro sin importar la edad. Esta obra la puede ver una persona de la tercera edad, lo puede ver una persona o sea en cualquier momento de su vida. E igual, genera un impacto, te genera como esa nostalgia. Eso es lo que nosotros tratamos de hacer y hasta ahora se ha logrado con el público que la ha visto. Es una obra más que para un público infantil, es una obra para las infancias de todos.
 
 Observo, a partir de tu trabajo que hay una planeación de un proyecto. Y en tu habla hay algo muy interesante, dices un “nosotros, nosotros”. Háblame de Dialekto Teatro ¿en qué consiste Eber?

Sí, una costumbre de siempre hablar en equipo porque realmente esto así se gestó. O sea, no pretendo decir “Ay sí, solamente es un trabajo mío. Es un trabajo que hicimos en equipo Dialekto Teatro. 

Leonardo Rangel.
Fotografía: cortesía de Eber Rangel

 Esta es nuestra primera obra de manera oficial porque tenemos mucho tiempo de conocernos. El grupo inició con tres personas, somos tres amigos que teníamos la inquietud de hacer teatro. Si no te llaman hay que generar tus propios proyectos ¿no? Mis otros dos amigos, compañeros, son de otras áreas Leonardo Rangel funge como productor en la obra, él estudia en la Facultad de Filosofía y Letras, estudia Gestión Cultural y mi amiga Daniela Garza ella es de la Facultad Artes Visuales.

Daniela Garza.
Fotografía: cortesía de Eber Rangel.


 Nosotros hacíamos teatro de manera amateur desde mucho tiempo. Yo trabajo para una preparatoria de la universidad y ahí los conocí como maestro de teatro. Y ellos llegaron al taller y luego la amistad traspasó el taller y nosotros continuamos trabajando juntos. Nos encontramos muy bien trabajando juntos y no se había dado algún proyecto. Teníamos ahí ya la intención de varias obras. 

  De hecho, Dios es un bicho, fue un poco por azar porque nosotros estábamos trabajando otro texto de Enrique Olmos de Ita. Y resulta que hubo un error. Para solicitar los derechos de las obras de Enrique hay que escribir a España, la Sociedad General de Autores de España y hubo un error. Resulta que se equivocan con la zona geográfica y nosotros lo solicitamos para Nuevo León. Pero alguien más solicita los derechos de esa obra para Monterrey. Entonces, se confundieron, le cedieron los derechos a otro grupo. Y ellos ganan una convocatoria y ya no les podían quitar los derechos. Platicando con Enrique me dice “pues mira, pongo a disposición las obras que tengo”. Y Dios es un bicho es una obra que ya había trabajado un poco antes este en la Facultad de Artes Escénicas, fue un examen que tuvimos por ahí. No me tocó participar como director. En ese entonces yo actuaba, que también llegué por azar a ese proyecto.

 Fue así como surge nuestro primer trabajo juntos y el equipo evidentemente se fue ampliando. Te digo, nosotros tres somos quienes iniciamos el grupo. Pero el grupo, ahora se ha ampliado con el talento de otros amigos que vinieron a sumar, Itzel Lombraña, que nos ayuda con la cuestión de la iluminación.

Itzel Lombraña
Fotografía: cortesía de Eber Rangel.

 Como parte del elenco, Raúl García que hace el personaje de Manuel. Julissa Marcela que hace el personaje de Lucía, Carolina Iglesias que hace el personaje de la mamá. 

Raúl García.
Fotografía: cortesía de Eber Rangel.

Julissa Aguilar.
Fotografía: cortesía de Eber Rangel.


Carolina Iglesias.
Fotografía: cortesía de Eber Rangel.

 Y también dentro de la obra, que eso también fue por casualidad, nosotros estamos súper conscientes que el trabajo que se hace detrás de escena es muy arduo, muy complejo. Entonces no queríamos estar nosotros dentro de escena. Pero, a veces el conseguir gente se vuelve complejo por los tiempos de todos. Que tienen otros trabajos etcétera, etcétera. Sí teníamos otros actores que finalmente no pudieron quedarse. Entramos como dicen, entramos al desquite Leo y yo. Leo es quien manipula el títere de Dios y yo en una participación pequeña como el papá de Lucía. 


Aideé Cervantes.
Fotografía: cortesía de Eber Rangel.

 Es un poco de Dialekto Teatro. Somos un grupo bastante nuevo y la idea que tenemos es como descentralizar un poquito el teatro. Digo, a lo mejor aún no lo logramos como quisiéramos porque nosotros nos damos cuenta como está el teatro en Monterrey, muy centralizado. Está solo en algunos sitios. Y de pronto, es de difícil acceso para muchas personas que no les llega la difusión correcta. Hay que ir a los sitios. Esa es la intención que tenemos con Dialekto Teatro.


 Muchas gracias, Eber. Observo ahora todo lo que conformas junto a tu equipo como colectivo. Es interesante lo que estás haciendo. Por eso yo siento que tú, aparte de esta obra, vas a lograr lo que te estás proponiendo. De moverla a más sitios esa o más obras. Y se va a conseguir porque tienen la mirada, tienes la idea certera de lo que quieres llegar a ser ¡y llevas un año o un poquito más con el colectivo! ¡Imagínate todo lo que lograrán en un par de años más!  Llévalo a todas partes Eber, me alegra que participen en este 33 encuentro Estatal de Teatro Nuevo León y que vengan más funciones.

 Gracias, muchísimas gracias, Aarón por tus palabras.

Entrevista realizada por Aarón Coré



Publicar un comentario

0 Comentarios