La cultura del silencio y el proceso lector. Por Kassandra Rodríguez P.

  
  Dentro del pensamiento Freiriano la categoría de la cultura del silencio es de gran importancia. Para Paulo Freire no existían ignorantes ni sabios y tampoco concebía la idea de que la cultura era algo propio de la burguesía. Es decir, sus escritos cuestionaban cómo el aprendizaje se dirigía a las personas de la clase alta, quienes únicamente tenían las posibilidades de estudiar.

  Las personas consideradas como “ignorantes”, eran para Freire personas cultas a las cuales se les había negado el derecho de expresarse y habían sido sometidas a vivir en una cultura del silencio. De aquí parten algunos puntos con base en las afirmaciones del maestro y que considero de gran relevancia.

  En La importancia del acto de leer, Freire nos habla sobre el acto de leer-escribir y cómo eso no es lo complicado, sino la mala concepción que los educadores (los maestros) tienen sobre los educandos (alumnos) al creerlos como si estos fueran unas vasijas vacías en las cuales se deposita el conocimiento que el educador posee. El aprendizaje  va desde la experiencia del educador y no desde la del educando.

  Con estos escritos Freire también nos cuenta su propia experiencia lectora. Él menciona la existencia de varios mundos dentro de la lectura. El primero de estos lo denominó precisamente como “la lectura del mundo”. Es su iniciación en la lectura y señala que es un lugar donde la percepción de todo lo que nos rodea es de gran importancia desde la observación y el sentir. A lo cual, llama una manera de alfabetizarse, donde se aprende “haciendo y viendo hacer”. Apuntando hacia la construcción de una metodología por medio de la práctica y la observación. Después, está el segundo, llamándolo “el mundo de la palabra” y procede del primero, dejando en claro que este nuevo, para Freire, es la continuidad del proceso lector, convirtiéndose así en “la lectura de la palabra mundo”.

  Considero asombrosa la manera en que este autor concibe su proceso lector y cómo el primer mundo no sufrió una ruptura al pasar al mundo de la palabra, considerado como el mundo de los adultos, al cual había sido ajeno mientras se encontraba en el primero. Esta concepción entorno al acto de leer desde la perspectiva de Freire, es la gestación por etapas donde él gateó, balbuceó, comenzó a erguirse y, por consiguiente, logró caminar y hablar.

  Sin duda es una interesante interpretación en torno a la lectura desde la perspectiva de uno de los mejores pedagogos de América Latina en la historia de la educación. Desde mi experiencia como alumna, puedo decir que coincido en mucho de lo que Paulo Freire nos dice en su libro. Estos escritos datan entre los años 70’s y 80’s y  han transcurrido algunos años y es lamentable que siga vigente, tanto la cultura del silencio, como esa escasez por la lectura.

  La pedagogía tradicional aún se sigue impartiendo en las escuelas y no está funcionando. Puedo comprender mejor a partir de mi experiencia donde no se me incentivó a observar la realidad del mundo y ser más crítica, sino a solo memorizar y competir por una buena nota, una “realidad” donde mi conciencia permanecía dormida. Puedo entender el punto al que Freire deseaba llegar con este libro y en parte, puedo interpretarlo como una guía para los maestros, los que estamos en formación y que en un futuro llevaremos a cabo la labor.

  Primero, sería importante quitarnos de la cabeza la idea de que vamos a depositar conocimiento en los alumnos. Como mencioné anteriormente, basándome en lo que Freire escribió en su libro, los alumnos no son vasijas vacías y no tienen por qué callarse evitando cuestionar a los maestros. No se puede tomar la postura de recibir pasivamente todo lo que estos desean enseñar al seguir fomentando la domesticación y al mismo tiempo la cultura del silencio.

  Debemos ser más humildes como docentes y futuros docentes. Y quitarnos esas ideas erróneas de la transmisión vacía de conocimientos. Es importante, fomentar un aprendizaje basado en percibir, sentir y criticar. Enseñar no solo letras y sílabas, sino a visualizar el mundo e incentivar a leer y no a saturar las mentes con encargar una lectura de cien páginas como símbolo de estudio. Como dijo Freire: “Estudiar no es un acto de consumir ideas sino de crearlas y recrearlas”.

   No olvidemos que Freire era un pedagogo muy político y que nos proporcionó una clave muy valiosa para poder mejorar como educadores y ayudar a despertar esas conciencias que aún siguen dormidas. Además, se fomenta el proceso de liberación evitando que las personas sigan inmersas en una pedagogía que solo adiestra y convierte en oprimidos. Por consiguiente, pensar en eso nos ayudará a mejorar como sociedad y, sobre todo,  a la educación de nuestro país.

Por Kassandra Rodríguez P.

Referencias:
Freire, Paulo (1991), La importancia de leer y el proceso de liberación, México, Siglo XXI Editores.


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