Yo me inspiro mucho en la gente a mi alrededor o en mis propias vivencias. Y en este caso, mi abuelito materno tuvo demencia senil y a mí fue un hecho que me marcó mucho. Es que, tenía a mis dos abuelos maternos y en eso, a mi abuela le da un infarto. Se va al hospital, estaba grave, delicada y mi abuelo como ya tenía casi noventa años, mi familia extendida decidió no decirle la verdad para no preocuparlo. Empezaron a mentir con estas mentiras ligeras de “se está cortando el pelo mi abuelita”, “está con alguien más”, “salió a una vuelta”. Luego, ya de varios días le dijeron, porque para esto, mi abuelito preguntaba cada cinco minutos por ella. “¿Dónde está mamá?”, “Se está cortando el pelo”, “¿dónde está mamá?”, “fue a la vuelta ahí viene” y así. Luego ya le dicen la verdad, que estaba en el hospital delicada. Siguió la misma pregunta. Pero, mi abuelo estaba mucho más conmovido. Y a mí una frase me partió el corazón, porque seguía preguntando, seguía olvidando y en eso de repente dice: “estoy triste y no me acuerdo por qué”.
Y ahí fue para mí, Aarón, la semilla que me hizo pensar ¿qué se siente tener demencia senil? O ¿cómo experimentan la realidad? Y me voló la cabeza. Y más con mis obsesiones del tiempo y esta filosofía en mi dramaturgia. Dije “¿pues cómo vive mi abuelito la realidad? ¿Qué se imagina? ¿Qué ve? ¿Qué siente? ¿Cómo me sentiría yo si fuera él? O ¿cómo se siente alguien que tiene esta enfermedad? Y eso detonó la historia.
Finalmente, al año o a los dos años murieron los dos. Yo venía de estudiar de Canadá, me fui a estudiar cine un año. Llego sin trabajo, si ahorros, sin nada y lo que hago es escribir esta historia como homenaje a mis abuelitos. Y empezó este largo viaje, que fueron como cinco años de escrituras, en talleres, concursé en varios concursos, nunca gané nada. Estuve en taller con Edgar Chías, con Saúl Enríquez, con Mario Cantú Toscano, que era para una Semana de la Dramaturgia de 2018 o 2019 más o menos. Y me acuerdo de que ya iba a salir, porque en ese taller seleccionaron tres textos para ya leerlos. Y Mario, que es una persona super culta y es muy estricto en su crítica. Me dice “Luis, creo que tiene potencial para un premio, yo te recomiendo que lo sigas trabajando y que lo guardes”.
Y confié en mi amigo. Lo dejé otros dos o tres años y ya cuando iba a perder la esperanza en pandemia, me la pidieron para algo. Dije “sí, ya la voy a sacar. No creo que gane nada”. La mandé nada más a un último concurso y tómala gané el Premio Nacional de Dramaturgia [2]. Que para mí fue muy simbólico porque estuve concursando creo que 15 años, porque yo de joven dramaturgo mi motivación era escribir una obra al año y concursar.
Entonces, se hizo como un ritual de mi vida. Escribía un año, la metía, no ganaba, ponía el texto o lo mandaba a alguien y se movía. Pero, siempre se me quedó esta costumbre de concursar. Pero, el ganar este concurso con esa obra que tiene el tema familiar pues me conmovió mucho. Y esta es la primera producción que se monta de Las ruinas de la memoria. Se iba a montar en dos lados más. Pero, yo creo como como la obra requiere actores de la tercera edad… Por ejemplo, en Tijuana se iba a montar, estaban en ensayos generales y murió el actor principal por algo de salud. Entonces, no se estrenó. Y luego se grabó en la pandemia con Héctor Bonilla y María Rojo en Ciudad de México como video teatros, streaming o algo. Y nunca salió a la luz. No sé por qué. Ahorita que murió Héctor me contaron que sí iba a salir eventualmente. Pero, yo no he escuchado nada.
Y ahora con Las ruinas de nuestro Nuevo León, con Mayra Vargas y Elvira Popova, cuando muere la maestra Mirna Kora fue como otro golpe. Dije, ¿qué está pasando? Pero, ahí admiro mucho la visión de ambas y la tenacidad de decir vamos a sacarlo y el homenaje se potencializó y potenció toda la obra.
 |
Las ruinas de la memoria de Luis Guerrero, abrió el 33 Encuentro Estatal de Teatro Nuevo León 2023. Imagen: CONARTE Nuevo León.
|
Esto que mencionas sobre la construcción de
tu texto y las profundidades que alcanza. Me recuerda al texto Payasos.
De lo popular a lo maldito, que
el joven director me dijo “conectó
conmigo, con mi época de payaso”. Y Stanislaski ,que se presentó el año pasado por otro joven director, donde abordas a un personaje que va
evolucionando en el camino, conectó conmigo. Me llevó a recordar esa
etapa en mi vida y los retos a los que me enfrenté. Luis, después, de esos personajes, esos temas con los que dotas
tu dramaturgia, ¿qué significa ser dramaturgo?
Vale, que buena pregunta. Yo creo que es tener la sabiduría de que cada historia se cuente sola. A mí me gusta mucho el reto. Creo que soy tan curioso. Siempre estoy buscando estructuras alternativas. Por ejemplo, tengo una que quizá no conozcas porque es de las más viejitas se llama El cumpleañero, la presentó un chavo del CEDART, Manuel Sauceda. Cada escena es el cumpleaños de un chavo. Entonces, lo vemos desde que nace hasta los treinta y tres, treinta y cuatro. Y van en desorden y puros cumpleaños. Pero, le pasan cosas bien extremas.
Y está influenciada en una novela de Albert Camus, que es El extranjero porque es un chavo que viaja mucho, inspirado en otro amigo que le pasaron ese tipo de vivencias. Pero, en fin, creo que, si hiciera yo la misma fórmula, me aburriría demasiado rápido. Entonces, eso hace para mí esta combinación, que quizás es mi fórmula. Que es tomar como alguna inspiración, más algo personal y una estructura que nunca haya hecho. Y eso me fascina.
Ves los Payasos, Stanislaski, Las ruinas y dices “no hay un hilo muy evidente”. Yo creo que sí los hay. Por ejemplo, hay un hilo que una vez un amigo me dijo, yo no era consciente, me dice “oye, ¿sí te has dado cuenta de que en todas tus obras hay una onda papá e hijo?” En casi todas, digo, en Las ruinas quizás no tanto. Pero, bueno, yo perdí mi papá por cáncer hace como quince, veinte años. Entonces, sí. Y no lo tenía tan consciente. Ahora lo he hecho consciente y lo aprovecho. “Ah, ¿sabes qué? Voy a abordar esta relación. Pero, desde esta otra manera que no lo he hecho o jugando con esta otra manera". Me gusta mucho que ninguna obra mía, casi ninguna obra mía, se parece. Eso se me hace bien padre.
Claro, que te inspiras de todos lados. Te puedes inspirar de películas, canciones, dramaturgias y no es copiar. Creo que por eso me gusta mucho actuar dirigir y escribir porque todo me nutre. Por ejemplo, Stanislavski, que por lo que me dices, te gustó mucho, está muy inspirada en la relación de Tom en la granja. De estas narraciones al público, personales, de ahí lo saqué. Dije, "se me hace bien interesante jugar con eso, que los personajes digan lo que sienten, ¡pero entre ellos no!" Entonces, nos cuentan a nosotros “chingado mi papá esto”, “Chingado mi hijo, no sé cómo acercarme”. Entre ellos no hay comunicación. Entonces, se hizo bien padre abordarlo. Es por mencionar un ejemplo.
Dramaturgo, director y actor, ¿cómo te consideras Luis?
Me considero las tres, pero creo que poco a poco ha perdido peso la actuación. Creo que comentarios como el tuyo me lo reavivan. Porque, quizás es el músculo que menos tengo ahorita fuerte. Pero me encanta y esto es como “igual debería aventarme a seguir actuando”. Pero, le estoy apostando ahorita mucho más escribir y dirigir. Este, pero sí, me gustaría actuar. Si se da la oportunidad, estaría padrísimo. Lo padre es que no tenemos edad nosotros, vaya, no importa tanto como la edad de un futbolista, ya podemos retomarlo después.
¿Qué sientes como dramaturgo cuando ves que se llevan a escena tus textos de forma constante?
Siento una paz bien bonita Aarón. Porque siento que es tanto trabajo escribir. Tú sabes, tantos años que a veces se te van. Y a veces los textos se quedan olvidados y se quedan encajonados. Y si te va bien, es el recuerdo de tal obra que hice hace diez quince años. Y los que la vimos, qué chido y los que no, pues no saben de qué hablamos.
Entonces, que de la nada surjan estas oportunidades, de que vuelvan a tener vida con visiones de directores jóvenes, es una trascendencia muy bonita. O sea, siento que de cierta manera están trascendiendo más allá de mí. Que sí, yo puedo tomar un texto mío y darme a la tarea de dirigirlo… que alguien se conecte y se dé el tiempo de quererlo levantar, me conmueve mucho.
Y, justamente ahorita que acabo de cumplir cuarenta años de vida hace un par de semanas, he tenido el año más productivo de mi carrera porque me han estado pidiendo muchos textos. Han ganado categorías Los payasos, Las ruinas, Stanislaski, me están pidiendo dos tres más, aparte de estos, más un par de textos más que estoy concursando que todavía siento que las tengo que pulir más. Me siento como muy feliz por la onda textual. Muy muy muy agradecido.
 |
Dios del drama del dramaturgo Luis Guerrero. Imagen: CONARTE Nuevo León. |
Bien chistoso porque fue también texto mío y tengo una participación de un par de líneas, un cameo digamos. Así como se dice en cine, realmente sí actúo. Pero, muy poquito en la obra. Salgo diciendo algo clave. Este es otro gran ejemplo, este texto el Dios del drama lo escribí hace diez años y estuve encajonado. Concursó, nunca ganó nada. De repente se lo mandé a Sebastián Baez, le mandé varios textos y este fue el que más le gustó. Lo empezamos a ensayar antes de pandemia, viene la pandemia cuando estábamos a dos semanas de estrenar, se muere el proyecto, se sale un actor, la actriz se va a México.
Entonces, luego lo adapto a cine. Aprovechando que era pandemia le aplicamos un par de estímulos y le gustó a un par de actores. Por ejemplo, yo hice teatro en la UDEM con Diana Bovio que ahorita está triunfando mucho en cartelera. Una chica muy guapa y talentosa. Entonces, leyó mi guion, me dice "Luis, ¡está increíble! ¿En qué te ayudo?" Y bueno, todavía no sale nada, pero ahí está el interés.
Entonces, viendo que nos había ido bien en el guion, lo volvimos a traducir a Teatro. Y Sebastián lo volvió a construir con una actriz nueva y pues este es el resultado. Y ahora nos ha ido muy bien en las funciones que tuvimos. Y también con una visión bien padre, muy diferente. Yo siento muy similar a lo que tú sentiste con ver Stanislaski, una dirección muy fresca, de un director que es su primera obra y casualmente es un texto mío. Pero, realmente es una gran fortuna, también otra gran bendición.
Es una onda metaficcional es un escritor que se llama Luis y va a entrar un concurso de dramaturgia. Entonces va a escribir una obra en siete días. Entonces, es su mejor amiga, que le gusta, su mejor amigo, que es ateo y su papá, que su papá es dramaturgo. También son personajes de la obra que está escribiendo y que los va a hacer pasar por mil dramas para poder ganar, los va a presionar para poder ganar. Entonces, una onda un poco inspirada en Pirandello, por eso le puse Luis por Luigi Pirandello. Juega mucho con las capas de la realidad. Porque, luego ya no sabes si está alucinando. Porque para acabar el proyecto...no sé, a ver qué te parece el proyecto. Está entre filosófico, cómico y dramático. Está bien padre la combinación.
Claro y por ahí andaré viendo las demás. Gracias y te felicito por lo que haces.
A ti Aarón por hacerme recordar cosas lindas de mi carrera y saber que vale la pena todo el esfuerzo.
Y claro que está valiendo la pena Luis.
Entrevista realizada por Aarón Coré.
0 Comentarios