Dios del drama: tiene una pregunta muy problemática, ¿somos reales? Sebastián Baez

 "Cómo lograr traspasar el ritmo que tiene el texto a la escena, porque el texto es muy vertiginoso. Tiene una especie de brincos, de espacios, de situaciones bastante contrastantes y brincar de uno a otro sin que se entorpezcan las escenasMe pareció que fue de los procesos más interesantes",

Sebastián Báez.

 

Fotografía: Memo Báez

👉Tik Tok nota breve sobre Dios del Drama en el 33 Encuentro Estatal de Teatro Nuevo León

 Sebastián Baez dirige Dios del Drama, texto de Luis Guerrero bajo el sello de la productora Fahrenheit Estudios y que se presenta hoy a las 8:30 pm en el tercer día del 33 Encuentro Estatal de Teatro Nuevo León organizado por CONARTE. Platicamos con el director sobre la satisfacción que ha encontrado en el proceso de la obra junto a su equipo creativo.

La dramaturgia es de Luis Guerrero, ¿qué te llamó la atención de “Dios del drama” para llevarla escena?

 A veces uno conecta con las obras y no necesariamente sabe por qué. O sea, simplemente tú agarras un texto y te resuena. No dejas de pensar en eso por mucho que puedas decir “quizá la estructura o este personaje se me hace interesante…” Me parece que esos acercamientos o esos comentarios son para tratar de entender o justificar el por qué conectas con algo.

 También, me pasó que cuando leí el texto no dejaba de imaginar. Tanto todas las situaciones, como las preguntas. Me hacía preguntas con respecto ¿por qué este personaje trata de luchar contra algo imposible? O sea, la base de la tragedia el personaje que intenta vencer al Dios, pero a su vez chocaba y tenía esta dualidad con este acercamiento tan humano. O que me parecía que estaba ahí un poco en el subsuelo de la obra. Esta humanidad del personaje que interpreta Samuel Rosales que viene siendo el de Luis, que es el dramaturgo que escribe esta historia de la cual estos personajes luchan.

 Entonces, siempre había estas dudas latentes y estas imágenes que regresaron a mí y a veces cuando no estás pensando o crees que no estás pensando ahora es cuando más estás dándole vueltas. Y eso, esa necesidad de contestar esas preguntas es que me hizo decir “pues quiero dirigir este texto”.

Fotografía: Memo Baez.

 Y precisamente, te voy a leer una pregunta que uno de tus actores compartió, que se me hizo muy interesante ¿Qué harías si te enteras de que eres un personaje de ficción? Una característica que encuentro antes de leer un texto de Luis Guerrero, su sinopsis, que te atrapa desde un inicio. ¿De qué va la obra Sebastián?

 Es una tragicomedia, me gusta definirlo así porque de buenas a primeras la sinopsis es que un dramaturgo en tres años escribe, opta por escribir una obra para ganar un premio de un premio nacional en menos de siete días. Y decide a sus personajes que son personajes. Entonces, estos personajes deciden luchar para liberarse de las decisiones o de las cadenas que el autor les ha impuesto. Pero digo que la sinopsis va de eso porque a mí me parece que va del personaje que se da cuenta de que es personaje y decide por sobre todas las cosas luchar contra su autor. Entonces puedo decirte que tiene estas dos caras este texto.

¿Te enfrentaste algún reto?

Primeramente, cómo lograr traspasar el ritmo que tiene el texto a la escena, porque el texto es muy vertiginoso. Tiene una especie de brincos, de espacios, de situaciones bastante contrastantes y brincar de uno a otro sin que se entorpezca las escenas. Me pareció que fue de los procesos más interesantes. Si digo interesantes porque no entré con respuestas. Precisamente fue lo más divertido de trabajarlo, de decir a ver tenemos en esta escena. Primero estas tres escenas con un tono bastante parecido a una comedia sencilla y a la siguiente ya los tres personajes, personajes de la obra emproblemados, totalmente diferente.

Y de repente en una escena estamos en un lugar y en la que sigue estamos en el Monte Sinaí y en la que sigue estamos en… total estos brincos y este ritmo tan vertical que tiene el texto, tratar de llevarlo a la escena sin tratar de ilustrar o sin tratar de obviar los espacios, las situaciones y mantener siempre presente la acción más importante que es la convivencia entre el autor y los personajes, fue lo más divertido.
Imagen: CONARTE.



¿Y cómo has visto la respuesta del público porque se estuvo presentando anteriormente en el espacio Casa Musa?

 La verdad es que el público, híjole, nos decía que lloraba reía y se tensaba durante toda la obra. Fue una respuesta muy grata, no esperaba. O bueno, sí esperaba uno siempre espera que le vaya bien un montaje. Pero sobre todo yo no esperaba o no esperábamos todo el equipo fuera una especie de catarsis para unas personas y me choca la palabra catarsis. Pero en algunas personas nos dijeron “oye es que me la pasé pensando todo el texto y aquí en estas partes me conmovió y en estas partes yo estaba al filo del ataque”. Porque precisamente el texto tiene eso y sobre todo maravilloso trabajo de los actores que fue conectar con la parte más humana del personaje y no dejarlo este de acción simplista. O sea, hizo que viajáramos o hiciéramos un viaje emocional a pesar de que las acciones o la historia tiene un tono aventurero. También pasan por una aventura los personajes realmente. 
 
 Hay momentos de reflexión en donde se conmueven, donde se hacen preguntas más importantes como lo que es la paternidad, lo que es el fanatismo, la libertad en la conciencia de si somos reales o somos parte de estructura más grande y que nos tiene jugando la gran obra de esta sociedad. Creo que todo esa mescolanza y esa caja de Pandora hizo que en algún momento viéramos este viaje emocional en los espectadores. 

 La verdad es que estamos muy contentos con el resultado o la experiencia. No nada más por el montaje sino lo que es el teatro. Al final de cuentas es un encuentro y ese resultado, ese encuentro fue muy grande. Aprendimos mucho como equipo y también vimos que la gente, que el público lo disfrutó bastante. Y fue muy notorio que al principio de temporada el estreno estuvo abarrotado. Las siguientes funciones bajó un poco, pero al final de cuentas se corrió la voz y tuvimos abarrotado el segundo fin de semana. Por eso estamos buscando más funciones, buscar otra temporada. Pero, en pocas palabras en retrospectiva del público eso fue lo que nos pasó.

Observé que decía producción Fahrenheit Estudios, ¿qué relación tiene contigo o tú estás acercándote a esta producción?

 Realmente la productora es de Luis Guerrero es una productora que en su mayoría ha hecho teatro. Pero, también está haciendo el trabajo cinematográfico, como escritura como están más bien están buscando producir audiovisual. En parte porque nació el proyecto gracias a la amistad y el acercamiento de Luis y yo. Empezamos a platicar respecto al texto y una cosa llevó a la otra. Y de repente ya estamos produciendo el montaje.

 Y siempre lo agrego, lo agrego un poco por mera satisfacción propia que fue un montaje que retomamos después de pandemia. Y ya estábamos a punto de estrenar y la pandemia nos tumbó el primer estreno. Y volvimos a remontar, no fue el mismo montaje que se hizo. Volvimos a remontar toda la obra y eso hizo que se consolidara la relación con Fahrenheit Estudios.

La pandemia nos afectó de diversas maneras. En cuanto al elenco que estaba participando ¿continúa siendo el mismo? 

 Fíjate que en los tres actores siguen siendo los mismos, así como empezamos así le siguieron. La actriz que teníamos en el montaje, de antes de la pandemia se mudó a la Ciudad de México y en ese movimiento recasteamos y ahí fue cuando llegó Daniela Salinas a formar parte. Tremendo. Todos con una percepción muy única o muy a su manera de lo que es la actuación teatral. Y bueno, la actuación en general, no por encasillarla en algo. Y eso enriqueció bastante.

 Mencionabas que con Dios del Drama  abordas la tragicomedia 

 Claro, creo que siempre va a haber una especie de dualidad. En que descubres que es una tragicomedia, cuando lo lees cuando, lo estás haciendo te vuelves a preguntar si es eso. Cuando avanzas más en el proceso redescubres que sí es más comedia que tragedia. Cuando avanzas más descubres lo contrario. 
 
 Entonces, más allá de llegar con una fórmula, con un reto de decir “esto se tiene que lograr para que sea el resultado”. Y parafraseando al maestro Mauricio Kartun que dice la escena se piensa por sí sola, creo que el trabajo director ante el proceso de la escena no es más que un encuentro, ir encontrando. Y entonces cuando vas encontrando y vas escarbando y le pones nombre encuentras ya una relación con algo que ya está hecho, con algo que ya está definido.

 Pero nunca me planteé los problemas partiendo de la clasificación del texto, lo que sí te puedo decir es que este texto en particular tiene cosas muy profundas. Y tiene una pregunta muy muy problemática que es ¿somos reales? Cuando te haces esa pregunta es cuando tienes la libertad de decir esto realmente es trágico o realmente esto lo puedo considerar un chiste de la vida. Y es algo que puedo enfrentar y yo lo puedo resolver o estoy condenado a eso. A aceptar banalidad o aceptar mi pequeño es ser humano. 

 Entonces, yo creo que el reto no existió. Insisto no en tratar de enfrentarme a un texto que clasificamos como comedia si no en los procesos, en las preguntas que ya tiene el texto. Y que al momento de estarlas preguntando y resolviendo con el equipo creativo la escena se está pensando por sí sola. Optas por decir ¡claro! Entonces creo que es eso lo que ha sido lo más valioso de este trabajo.

Sebastián, enhorabuena por lo que estás realizando. Dios del drama se presenta el viernes 9 de junio 8:30 pm en el Escenario de la Gran Sala, con más razón quiero estar ahí para disfrutar lo que vea en escena.

Gracias en serio.

Ahí nos vemos.
Entrevista realizada por Aarón Coré




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