Y así fue como mamá envejeció: el poder de las imágenes en el texto dramático de May Durán. Por Aarón Coré

“A veces me gustaría poder congelar esa imagen y protegerlas de las trampas del tiempo”.
May Durán. 

   


  May Durán ha egresado de escuelas importantes en el arte teatral y escénico. Terminó su estudio en la Escuela de Teatro que pertenece a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Y de forma inmediata, continuó su proceso de aprendizaje al ingresar a la Facultad de Artes Escénicas y a la carrera de Pedagogía artística en la Universidad Veracruzana. Mientras estudiaba, se fue desarrollando como directora escénica a través de su compañía teatral llamada Limerencia Teatro. ¿Por qué mencionar esto antes de adentrarme en su nueva dramaturgia? Porque, en el estudio y preparación, se encuentran los inalterables procesos que van dando forma a quien emerge en el arte teatral.

   A May, la conocí en el 2013 en la Escuela de Teatro cuando cursábamos semestres distintos. Y demostraba ser una jovencita exigente consigo misma, analítica, aplicada en sus estudios y  entregada en sus exámenes de voz e interpretación actoral. Cada proceso era asimilado de forma profunda debido a su amor por el teatro. Compartía su aprendizaje en los pasillos de la escuela y era una gran lectora dramatúrgica. De esa manera entablamos nuestra primera conversación basada en un cuaderno de lectura editado por Paso de Gato.

   ¿Qué lees? Fue mi pregunta que abrió la puerta al descubrimiento sobre propuestas dramatúrgicas que los directores montaban en Monterrey y resto del país. Resonaron en mis oídos los apellidos y forma de dramatizar las historias de Chías, Cantú y, especialmente, lo que había escrito Ricaño. Con el tiempo, la jovencita siguió ahondando en sus lecturas y análisis de textos. Me explicaba a un personaje clásico de la obra Hamlet de William Shakespeare. Y preparaba el personaje de Ofelia para uno de sus exámenes finales. Me decía que la había comprendido como mujer, que ese cruel “yo nunca te amé” que Hamlet le pronunció, era como si hubiera provocado que Ofelia corriera con todo su ser para estrellarse contra una gran pared… y Coré, debo correr con todas mis fuerzas y estrellarme con algo que no existe físicamente. Ese es el reto antes de pronunciar las palabras de Ofelia ante el público de mi examen.

   ¿Por qué volvieron a mi memoria varias de las conversaciones con May al leer Y así fue como mamá envejeció? El texto se realizó para participar en la convocatoria Semana de la Dramaturgia Nuevo León 2021. Y efectivamente, fue elegida para formar parte de las lecturas dramatizadas del evento. Los personajes fueron interpretados por la actriz Rosy Rojas y Carola Pruneda. El texto lo dirigió Diana Laura Quintana y se presentó de forma presencial y virtual el miércoles 28 de julio del presente año. 

  Ahí tuve el primer acercamiento al texto donde una madre e hija se colocan ante el lector-espectador. Transitando a través de diferentes espacios y tiempos. Pero, entrelazadas profundamente por la sangre y memoria. El viaje inicia desde el primer traslado que realizó la abuela. Se trata de un cambio de un espacio a otro para establecerse en un territorio que las marcará estén o no, en un mismo tiempo. Las separa la edad, pero de forma interna permanecen unidas ante el trauma del abandono y la ausencia de un esposo-padre. Es la maleta el elemento que se vincula a los recuerdos más dolorosos.

   Precisamente, en Y así fue como mamá envejeció, tenemos otro poderoso elemento, la narración de una historia, lo interno y a la misma vez, el rompimiento con la convención dramática. A propósito de las historias y de esta forma de crear textos dramáticos, Enrique Olmos de Ita, mencionó “Nos convertimos en nuestro propio monólogo, autonarramos nuestra experiencia porque ni los medios querían contar nuestra historia, ni la sociedad sabía cómo diablos dialogar”. La escritora se inspiró en eventos familiares para dotarlos de ficción por medio de la escritura. May, afronta sus miedos, se autonarra y ficciona para ir a sus orígenes, abuela, madre, territorio y crear una obra que a través de la palabra, apele a lo identitario, lo doloroso de tomar tus maletas, viajar al pasado y enfrentar aquello que ha conflictuado a generaciones enteras.

   May va directo a las emociones humanas mediante su escritura. Cada abandono vivido de las mujeres que se narran, cala de forma profunda en su ser. Existe una pérdida que las ahoga por dentro, obliga a inventar la partida y que parece no tener fin en sus vidas. El personaje de la hija, la que más narra, se confronta consigo misma y lo interno es el conflicto que las conduce al borde donde se debe elegir entre vivir con el dolor o soltarlo. En la historia de la madre está el deseo de ahogarse y en la hija, el de estrellarse a toda velocidad contra una pared.

   Es una narrativa dinámica porque no sólo cuenta varias historias, sino que interactúa con el lector-espectador y le da un ritmo a lo narrado mediante el juego de la interacción espacio-tiempo entre los personajes:

Hija: Allí en el fondo. Donde no mancharán el piso. Ella mete su cabeza al fondo de la tina. Un segundo.

Madre: Tuve que decir, en la escuela que mi papá se murió en la guerra.

Hija: Dos segundos.

Madre: Tuve que inventar una guerra para ti. Te convertí en héroe.

Hija: Tres segundos.

Madre: Tomaste tu maleta y la llenaste de cosas.

Hija: Cuatro segundos.

   Ahora bien, cada historia está entretejida a través de las imágenes que se utilizan de forma estética en cada palabra que pronuncia la madre y la hija:“Las lágrimas brotando de sus ojos como llave descompuesta. Ahogándole la niñez”. Es lo que encontramos a lo largo del texto y este enriquecimiento del vocablo, genera y provoca la imaginación de quien lee-especta. 

  Respecto a lo anterior, Santiago García (1) mencionaba: “Lo que importa no es tanto la imagen en el escenario, como sí la imagen que se produce en la mente del espectador, allí es donde está el problema de la receptividad, pues con pocos medios, pero muy bien elaborados, se pueden lograr efectos extraordinarios en la imaginación del espectador, los cuales no sólo se relacionan con las ideas, sino que, por medio del arte, se pueden desencadenar en el receptor unas riquísimas imágenes que le transformen la vida”. Y sin lugar a dudas, también aplica en el texto dramático.

   Ante las imágenes tenemos las cuestiones que rodean a los personajes, ¿cómo no sentir en carne propia el vacío de una figura paterna e incluso la terrible pregunta eterna del por qué no estuvo presente en los procesos tan importantes en la vida de una madre y de su descendencia? ¿Se puede tomar distancia ante un texto que denuncia la forma en que un hombre abandona a su mujer y a sus hijos? ¿Cómo se sobrevive a tantas ausencias que se han convertido en parte del eslabón familiar? ¿Hay manera de afrontar la presencia de quien nunca formó parte de tu mundo a pesar del lazo sanguíneo?

   May, narra parte de su historia familiar y al ficcionarla, creó un texto que podría quedarse guardado en una cajita de recuerdos como parte del derecho a guardar algo tan íntimo. Se atrevió y obsequió una parte de sus procesos de vida y asimilación de lecturas que rompen con lo establecido. Por eso, al leer su texto, recuerdo cómo tenía la capacidad para dotar a un personaje con características vivenciales. Especialmente aquella vez en que me expresó a una Ofelia corriendo a tanta velocidad y que prácticamente estalló contra una pared. De esas pasiones humanas y más, están constituidas las historias de su texto. A fin de cuentas, hablar del lazo que existe entre una madre e hija que juntas han sufrido el abandono,  no es cuestión sencilla.

   Finalmente, fue grato leerla y saber que al igual que sus personajes, ella cuestiona y da forma a su lugar en este mundo. May construyó un texto que narra y que tiene plena conciencia de las imágenes que provocan la imaginación del lector y de quien mira. Es una escritora dramática que demuestra su valor y madurez en el oficio; que está abriendo camino paso a paso entre procesos estéticos, de teoría y práctica. Va creando su propio estilo y forma de contar historias para ser actuadas. Además, a través de su dramaturgia coloca el reto para quienes dirigen y reflexionan en ¿cómo se hace cuando la palabra parece decirlo todo? La directora Diana Laura Quintana ya lo hizo en la pasada Semana de la Dramaturgia Nuevo León 2021 y supo dirigir un texto enriquecido con imágenes narradas.¡Que sigan las historias! ¡Que continúe el poder de la imagen en cada uno de tus textos May Durán! 

Por Aarón Coré.

(1) Santiago García, fue un erudito, actor, dramaturgo y director de propuesta teatral. Originario de Bogotá Colombia y  director del aún vigente grupo de teatro llamado La Candelaria (20 de marzo de 1928-23 de marzo de 2020). En el episodio 7 de la segunda temporada  del Podcast charlas con Sector Nostalgia se habla un poco sobre el maestro.

Foto que se utilizó para el diseño: cortesía de May Durán.

¿Deseas leer sus textos? O para más información, contacta a May Durán a través de la página de Facebook oficial : Limerencia Teatro.

Referencias:

Durán May (2021) Y así fue como mamá envejeció.

Olmos de Ita, Enrique (2010). NARRATURGIA. Una narcoteoría. Revista Replicante.

Tomado de https://revistareplicante.com/narraturgia/

García Santiago (2013) La imagen y el espacio teatral. Cuaderno de ensayo teatral. México: Revista Paso de Gato.



Aarón Coré.*
   Nació en Monterrey, Nuevo León, México en el año de 1982.  Egresó el 2015 de la Escuela de Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. (UANL). Actualmente, cursa el sexto semestre de la Licenciatura de Educación en la misma universidad.

   El 23 de marzo de 2020, creó la Revista Sector Nostalgia. Pasión por el retorno... A través de este proyecto, se retorna a un tema cultural, personaje o trayectoria de un artista específico y se vincula con nuestro presente por medio de la escritura, podcast, entrevistas y breves documentales.

   Fundó  Mezquiteatro, el 6 de febrero de 2019, una compañía teatral independiente en la que realiza talleres, escritura, teatro y encuentro con las comunidades.  

*Actualizado el 04 de septiembre de 2021. Monterrey, Nuevo León, México.


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