El exilio está ensamblado sobre la base de un mito: el resto del mundo es un lugar mejor.
Eduardo Sánchez Rugeles.
Docente teatral, escritor, traductor, actor, director y sobre todo, de sangre marxista corriendo por sus venas. Seki Sano nació el 14 de enero de 1905 y su lugar de nacimiento es parte de una concesión japonesa en China llamado Tientsin. Se convirtió en el primogénito de un médico y de una madre que tenía por padre a un gobernador civil de Taiwán. Por lo tanto, su cuna fue de buenas posibilidades económicas y esa situación le favoreció el camino para dedicarse mejor al estudio.
En 1910 su pierna izquierda se vio afectada por la artritis tuberculosa que lo dejó cojo para toda su vida, pero ese no se convirtió en el pretexto e impedimento para lograr lo que le apasionaba en su vida.
Pasó el tiempo estudiando y aprendiendo idiomas y desde muy niño miró en su escuela obras teatrales en idioma francés y desde esos momentos fue cultivando su amor por el teatro.
Sin embargo, lo vivido en carne propia en el terremoto que sucedió en el año de 1923 en Japón, lo llevó a interesarse por el otro, es decir, por el compromiso social. A partir de ese momento se convirtió en un hombre de Teatro y convivió con amigos que estaban interesados en lo que a él le apasiona, lo cual es importante ya que entre un grupo surgen las ideas, relaciones, discusiones y construcción del conocimiento.
El joven durante la década de los 20’s actuó, dirigió, se fue de gira, fundó escuelas de Arte Dramático, Teatro de Izquierdas, publica artículos de teatro, estudió y reflexionó sobre el marxismo. Estudió la carrera de derecho y se solidarizó con obreros y campesinos en las protestas. Ese aprendizaje aplicado a la acción fue sin duda lo que más adelante se vincularía con su quehacer teatral.
La familia Sano se dio cuenta de que él amaba al teatro, así que lo apoyó prestándole un espacio de la residencia como lugar para ensayos teatrales y, además, para que pudiera llevar a cabo proyectos literarios como la formación de una revista en 1927. Sus movimientos teatrales, direcciones y formación de Escuelas de Arte Dramático tuvieron una influencia marxista, es decir, de izquierda, por lo que se vio obligado a salir de su país en 1931.
Y así comienzan los exilios en su currículum, pero a la misma vez, recorrió países como Francia y Alemania, donde vivió de cerca lo inhumano del nazismo. Llegó a la URSS donde se alimentó directamente de los innovadores del teatro moderno y se convirtió en asistente de Meyerhold redactando el diario de trabajo de las obras que el ruso dirigió.
Al paso del tiempo, de nuevo fue expulsado de México debido al odio de personas forjadas con ideas de derecha en el ambiente teatral y esta situación lo llevó a emigrar a Colombia, donde conoció a grupos de Teatro y les transmitió su conocimiento teatral, el cual era parte de la innovación de creadores teatrales más importantes del siglo XX.
Para muchos ese conocimiento era sinónimo de objeto de competencia y se unieron para crear una estrategia que lo sacara del país. ¿Lo lograron? Consiguieron su objetivo mezquino y el maestro meses después de pisar otro suelo extranjero es acusado de ser comunista y su principal censurador era el presidente Gustavo Rojas Pinilla. De modo que, fue expulsado de nuevo, pero ese japonés peligroso, ya estaba curtido. Salió de tierras colombianas con la plena satisfacción que otorga el ser un docente, porque había compartido semillas de la verdad escénica en Latinoamérica y como todo buen maestro de vida, había que esperar el tiempo de la cosecha.
Llega de nuevo a México, y ahí se quedó hasta su muerte provocada por un infarto el 28 de septiembre de 1966. Su cuerpo fue incinerado, homenajeado por sus discípulos y gente que lo admiraba artísticamente. Y la ironía se re-presenta todo el tiempo en la vida humana, porque sólo muerto, es cuando un exiliado tiene el derecho de volver a la tierra de origen con bombos y platillos. El mismo país que lo exilió años atrás, reclamó las cenizas del artista, las cuales fueron colocadas junto a la familia Sano, la familia que sí creyó en él y que lo apoyó en su camino.
De triunfos, exilios, fracasos, objeto de críticas, apoyo a los obreros, protestas, ideología profunda, dirección, enseñanza y de un modo distinto de ser exiliado por el mundo. Seki Sano, rompió con la idea equivocada de la actuación en escena, porque se necesitaba algo más que ser un objeto hueco en la escena, y se trataba del rigor para con la actividad artística, ética teatral y la de tener un profundo compromiso social.
El 23 de marzo de 2020, creó la Revista Sector Nostalgia. Pasión por el retorno... A través de este proyecto, se retorna a un tema cultural, personaje o trayectoria de un artista específico y se vincula con nuestro presente por medio de la escritura, podcast, entrevistas y breves documentales.
La familia Sano se dio cuenta de que él amaba al teatro, así que lo apoyó prestándole un espacio de la residencia como lugar para ensayos teatrales y, además, para que pudiera llevar a cabo proyectos literarios como la formación de una revista en 1927. Sus movimientos teatrales, direcciones y formación de Escuelas de Arte Dramático tuvieron una influencia marxista, es decir, de izquierda, por lo que se vio obligado a salir de su país en 1931.
Y así comienzan los exilios en su currículum, pero a la misma vez, recorrió países como Francia y Alemania, donde vivió de cerca lo inhumano del nazismo. Llegó a la URSS donde se alimentó directamente de los innovadores del teatro moderno y se convirtió en asistente de Meyerhold redactando el diario de trabajo de las obras que el ruso dirigió.
También, se convirtió en discípulo de Stanislavski, otro de los más importantes teóricos e innovadores de la escena teatral. ¿Cómo no entender más adelante su gran rigor y disciplina teatral? Pero, lamentablemente lo deportaron de la Unión Soviética en 1937 y en esa etapa de la historia, el país estaba al mando Stalin, por lo que a Seki Sano se le etiquetó como japonés peligroso y fue obligado a salir del país, pero, además, tuvo que desprenderse de su esposa e hija.
Intentó ingresar a Estados Unidos, pero le cerraron las puertas debido a sus ideales políticos y se movió a Checoslovaquia, donde recibió la noticia de la muerte de su hija. Con ésa pérdida, salió del país, y llegó a una isla destinada a inmigrantes en New York. Pero esta vez, estaba escrito un destino distinto, fue defendido por hombres de teatro y artistas que sabían el valor que este hombre representaba y fue así como obtuvo un permiso para estar unos meses en territorio estadounidense.
Durante ese tiempo dirigió Fuenteovejuna, obra que lo conectó con Rufino Tamayo, y éste, envió una carta a Gorostiza, el entonces director del Departamento de Bellas Artes de México para preguntar sobre una oportunidad de trabajo teatral. Asimismo, otro factor que favoreció su entrada al país, fue el sexenio del presidente Lázaro Cárdenas, quien era de ideología socialista. De manera que obtuvo una visa de 5 años y fue contratado para dar clases de Teatro en el tercer piso de Bellas Artes.
En consecuencia, aprovecha el tiempo al máximo, enseñando a actores mexicanos y realizando montajes de obras clásicas. Sin embargo, México conocía muy poco sobre de la verdad y disciplina en la escena, en este país se encumbraba el nacionalismo revolucionario todo el tiempo y a la artificialidad por parte de los actores y los montajes.
Sin embargo, Seki Sano se impuso en sus entrenamientos o ensayos, le dio prioridad a lo realmente artístico de la verdad en escena y llevó a la acción mediante el entrenamiento actoral a histriones mexicanos que tenían una concepción comercial sobre el arte y la escena. Además del entrenamiento, hay que destacar lo siguiente: el maestro les mostró el camino de la ética del teatro, es decir, la de tener un compromiso social como artista.
Emprendió en 1940 la tarea de traducir el Método Stanislavski junto a Ignacio Retes. Y en ese mismo año dirige La coronela y fue esa etapa la del antes y el después de la educación teatral en México que sucedió con la llegada de Seki Sano al puerto de Veracruz el 26 de abril de 1939. Ahora bien, el maestro era un tirano y en el teatro se sabe que se puede serlo, más si el maestro es un artista y sabe lo que quiere respecto al método que practica.
Intentó ingresar a Estados Unidos, pero le cerraron las puertas debido a sus ideales políticos y se movió a Checoslovaquia, donde recibió la noticia de la muerte de su hija. Con ésa pérdida, salió del país, y llegó a una isla destinada a inmigrantes en New York. Pero esta vez, estaba escrito un destino distinto, fue defendido por hombres de teatro y artistas que sabían el valor que este hombre representaba y fue así como obtuvo un permiso para estar unos meses en territorio estadounidense.
Durante ese tiempo dirigió Fuenteovejuna, obra que lo conectó con Rufino Tamayo, y éste, envió una carta a Gorostiza, el entonces director del Departamento de Bellas Artes de México para preguntar sobre una oportunidad de trabajo teatral. Asimismo, otro factor que favoreció su entrada al país, fue el sexenio del presidente Lázaro Cárdenas, quien era de ideología socialista. De manera que obtuvo una visa de 5 años y fue contratado para dar clases de Teatro en el tercer piso de Bellas Artes.
En consecuencia, aprovecha el tiempo al máximo, enseñando a actores mexicanos y realizando montajes de obras clásicas. Sin embargo, México conocía muy poco sobre de la verdad y disciplina en la escena, en este país se encumbraba el nacionalismo revolucionario todo el tiempo y a la artificialidad por parte de los actores y los montajes.
Sin embargo, Seki Sano se impuso en sus entrenamientos o ensayos, le dio prioridad a lo realmente artístico de la verdad en escena y llevó a la acción mediante el entrenamiento actoral a histriones mexicanos que tenían una concepción comercial sobre el arte y la escena. Además del entrenamiento, hay que destacar lo siguiente: el maestro les mostró el camino de la ética del teatro, es decir, la de tener un compromiso social como artista.
Emprendió en 1940 la tarea de traducir el Método Stanislavski junto a Ignacio Retes. Y en ese mismo año dirige La coronela y fue esa etapa la del antes y el después de la educación teatral en México que sucedió con la llegada de Seki Sano al puerto de Veracruz el 26 de abril de 1939. Ahora bien, el maestro era un tirano y en el teatro se sabe que se puede serlo, más si el maestro es un artista y sabe lo que quiere respecto al método que practica.
Era imparable, se ganó el respeto de muchos y el odio de quienes no toleraban su característica costumbre de decir lo que pensaba, es decir, no soportaban la crítica. Pero, aquel actor o actriz que aprende a afrontar la crítica y especialmente, la autocrítica, con el tiempo, aprehende la riqueza que hay detrás del proceso y de la enseñanza teatral. Sin embargo, no estuvo su camino plagado de éxitos, también vivió de cerca el fracaso. ¿Se detuvo? Reflexionó sobre la enseñanza, dio vuelta a la página y como todo creador escénico continuó andando sobre una tierra lejana de su patria.
Al paso del tiempo, de nuevo fue expulsado de México debido al odio de personas forjadas con ideas de derecha en el ambiente teatral y esta situación lo llevó a emigrar a Colombia, donde conoció a grupos de Teatro y les transmitió su conocimiento teatral, el cual era parte de la innovación de creadores teatrales más importantes del siglo XX.
Para muchos ese conocimiento era sinónimo de objeto de competencia y se unieron para crear una estrategia que lo sacara del país. ¿Lo lograron? Consiguieron su objetivo mezquino y el maestro meses después de pisar otro suelo extranjero es acusado de ser comunista y su principal censurador era el presidente Gustavo Rojas Pinilla. De modo que, fue expulsado de nuevo, pero ese japonés peligroso, ya estaba curtido. Salió de tierras colombianas con la plena satisfacción que otorga el ser un docente, porque había compartido semillas de la verdad escénica en Latinoamérica y como todo buen maestro de vida, había que esperar el tiempo de la cosecha.
Llega de nuevo a México, y ahí se quedó hasta su muerte provocada por un infarto el 28 de septiembre de 1966. Su cuerpo fue incinerado, homenajeado por sus discípulos y gente que lo admiraba artísticamente. Y la ironía se re-presenta todo el tiempo en la vida humana, porque sólo muerto, es cuando un exiliado tiene el derecho de volver a la tierra de origen con bombos y platillos. El mismo país que lo exilió años atrás, reclamó las cenizas del artista, las cuales fueron colocadas junto a la familia Sano, la familia que sí creyó en él y que lo apoyó en su camino.
De triunfos, exilios, fracasos, objeto de críticas, apoyo a los obreros, protestas, ideología profunda, dirección, enseñanza y de un modo distinto de ser exiliado por el mundo. Seki Sano, rompió con la idea equivocada de la actuación en escena, porque se necesitaba algo más que ser un objeto hueco en la escena, y se trataba del rigor para con la actividad artística, ética teatral y la de tener un profundo compromiso social.
Por Aarón Coré.
Mezquiteatro.
¡Feliz día del Teatro!
Aarón Coré.*
Nació en Monterrey, Nuevo León, México en el año de 1982. Egresó el 2015 de la Escuela de Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. (UANL). Actualmente, cursa el sexto semestre de la Licenciatura de Educación en la misma universidad.
El 23 de marzo de 2020, creó la Revista Sector Nostalgia. Pasión por el retorno... A través de este proyecto, se retorna a un tema cultural, personaje o trayectoria de un artista específico y se vincula con nuestro presente por medio de la escritura, podcast, entrevistas y breves documentales.
Fundó Mezquiteatro, el 6 de febrero de 2019, una compañía teatral independiente en la que realiza talleres, escritura, teatro y encuentro con las comunidades.
*Actualizado el 04 de septiembre de 2021. Monterrey, Nuevo León, México.
Esta obra de Sector Nostalgia está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
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