Gracias, Gerardo Dávila, gracias, la muerte es algo circunstancial. Por Gab Contreras

Gerardo Dávila.
 ( 8 de febrero de 1953-19 de noviembre de 2022).

 Se comprometió de una manera rotunda con el arte de interpretar, de traducir en acciones, movimientos corporales, en gestos, en gritos, en susurros, en insinuaciones todas esas indicaciones críticas que le ponían en las manos Javier Serna, gente como Sergio García, Jorge Vargas. Gerardo Dávila no hizo otra cosa que actuar y siempre lo hizo con un compromiso irremediable. 

Responsable con sus ideas técnicas. Incluso con sus ideas teóricas. Curiosamente, además de ser un gran actor, un estupendo actor, era un lector voraz. Yo platiqué muchas veces con él, desde cosas que iban desde Roland Barthes, que en ese momento era vanguardia, Mayakovsky, Brecht. Y otra cosa, le interesaba muchísimo, hasta el final, aprender. Incluso se acercó  Sanchis  Sinisterra. Por eso siguió tan de cerca las ideas de Eugenio Barba. Por eso no paró de estudiar desde las propuestas de Augusto Boal hasta la manera de dirigir de Almodóvar. 

“Apuntes sobre la idiotez”, 2009. Textos de Cortázar, Sanchis Sinisterra, Millas. Reparto y dirección: Pablo Luna, Leticia Parra Bueno y Gerardo Dávila. Iluminación: Gerardo Valdez. 
Foto: cortesía de Leticia Parra Bueno, directora de Percha Teatro.


Era un erudito en muchos sentidos. Apabullante. Incluso, molesto. Puedo decir que era un hombre molesto porque sabía demasiadas cosas y no se detenía nunca. 

Si alguna vez pude platicar con alguien sobre Tarkovski fue con él. Si alguien conocía el cine de Bergman, era él. Y lo curioso es que, hasta donde yo sé, nunca tuvo dinero. ¿Cómo adquirió toda esa cultura? No tengo la más remota idea. Pero, tenía la cultura de un hombre rico. Y siempre fue un hombre pobre. Pero, ojo: fue un hombre pobre porque jamás fue un cazador de favores. Jamás estuvo a la espera de las migajas del gobierno o de los privilegios de Bellas Artes para seguir sus asuntos. 

Hizo todo el teatro que le dio la gana. Teatro Infantil, Teatro Popular, Teatro Clásico, Teatro de Aspiraciones Eternas y Teatro Callejero. Yo lo confieso, lo admiré muchísimo como admiro a Javier Serna, como admiro a Luis Martín, como reconozco los esfuerzos de todos ellos. 

Desde las primeras ocasiones en que fui al teatro, siempre me encontré con ese actor que me parecía extraño, tan distante. Y luego la vida me permitió ser su amigo. De decisiones duras y de pasiones siempre claras. Tenía ese don de transformarse en otro cuando pisaba el escenario. La verdad lo hacía muy bien, nunca fue un impostor. O sea, nunca estaba fingiendo. Siempre era en esos momentos, otro. 

A mí me maravilló desde que lo vi por primera vez en un escenario. Él, Jorge Segura y luego vendrían otros, Paco de Luna, Paty Loya, Vicente Galindo. Tan puestos sus escalones al servicio del Teatro en el Norte del México. Para construir este extraño edificio y que estamos viendo ahora y qué de repente parece que se tambalea.

Pero, yo no tengo más que agradecerle a Gerardo Dávila por todo lo que hizo para la gente del Teatro del Norte de México. 

Yo no sé, y tampoco me interesa, si las instituciones le van a rendir homenaje porque él nunca buscó eso. Y cómo no lo buscó, entonces da lo mismo. Y si no le rinden homenaje a mí también me da igual que no le rindan homenaje. Pero hay una cosa que nos de puede negar, que es su presencia en el escenario. Si gran fortaleza al momento de personificar.

“Bajo tierra”, de David Olguín, 2009. Teatro Escolar. Dirección: Pablo Luna.
Foto: cortesía de Leticia Parra Bueno, directora de Percha Teatro.


Ahí está Gerardo Dávila. Ahora, bueno, pues le ha dado por morirse. Pero, es algo que ocurre también. “La muerte es una cuestión de salud” y en realidad a la gente del Teatro, la muerte tampoco le preocupa tanto. Porque como todo está en el imaginario, allí en el imaginario, uno puede estar o no estar. Porque uno es un personaje, más que una persona. 

Muchas gracias a Gerardo Dávila, de veras, muchas gracias por esa gran lección de trabajo escénico que fue tu vida entera. Gracias por tu esfuerzo como creador. Gracias por tu compromiso y por tus ideas. Un abrazo y ya nos veremos más adelante. 

Por Gab Contreras, periodista.

Esta  memoria la puedes escuchar en el canal del periodista: 


https://youtu.be/nHH9ICDDz7E


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