MUTAR. Sandra Muñoz. Tamaulipas. IIMNDMT.

 

Fotografía: cortesía de Sandra Muñoz.
MUTAR.
1.
Las mutaciones siempre obligan a una reorganización.
Yo soy mutante.

2.
El 17 de octubre del año 2021, después de 19 meses de espera, DOSCE, la Compañía que dirijo en Tampico Tamaulipas, volvió a dar una función presencial; volvió a habitar el teatro en un teatro y no en una pantalla. Horas antes, dentro del camerino hubimos de pincharnos un dedo en busca de un mal invisible que por fortuna esa mañana no estuvo presente. Ese día ocurrió la poesía de la reaparición de un cotidiano extraviado. Pero para que esa poesía ocurriera tuvimos que mutar nuestros procesos de creación:

…ensayar con cubrebocas

- y luego sentirnos desnudos al ensayar sin él -

cuidar la cercanía con el cuerpo del otro, de la otra

vencer el miedo a la posibilidad de que nuestra saliva fuera veneno

salirnos a marcar escena en un parque al aire libre…


Al final de la función, un sonido repetitivo -plas, plas, clas, plas-provocó una especie de hormigueo que me recorrió el cuerpo y erizó la superficie pilosa de mis brazos… se me puso la piel chinita pues, y, cursi de closet cual soy, recordé una escena de la película Bichos, en la que Manny la mantis dice conmovida:

-Eso, mis amigos, es el sonido de los aplausos.

Algunos recuerdos nunca se olvidan. Éste del 17 de octubre del año 2021 será uno de ellos.

Hago este pequeño relato porque como creadora que soy, sé que lo que no se “representa” no existe y que necesitamos del relato para “pensar qué hacemos” y no solo para “hacer”.


3.
Hay formas que tocan por instantes lo extraordinario, el teatro por ejemplo con ese artilugio de mirarse a los ojos y construir juntos: una nave, una fragancia, un querer, una cicatriz, una infancia, un verso, una confesión, una nostalgia, un baile, una ciudad, un ave…


Si algo me están enseñando los miles de protocolos que ha impuesto esta pandemia para las “actividades no esenciales” (sí, asumámoslo, hay personas para las que el teatro NO es una actividad esencial) es el replantearme ¿qué tipo de teatro quiero hacer? Cada vez con más certeza me respondo que quiero un tipo de teatro cuyo valor principal resida en la calidad de las relaciones humanas que promueva, reconozca y celebre
un teatro que provoque un estado de encuentro con “el otro”
un teatro como facilitador de procesos para identificarse con la vida
un teatro como un compromiso para aprender de nuestras propias mutaciones
un teatro para habitar relatos compartidos que cimenten el arraigo, la memoria y las preguntas de los lugares en donde vivimos.

Un teatro que incite a realizar acciones -por efímeras que sean- para estar juntos,

4.
Esta pandemia me obligó a mutar. Me desafió tambiéna reconocer dónde radica la verdadera magia del teatro, la perdurable, la de la creación compartida. Porque, con todo y que el teatro haya sido enlistado como una actividad no esencial, su esencia radica en el crear y compartir mecanismos que sean memoria de lo que uno ama.

Larga vida al teatro y sus múltiples e infinitas estrategias para mutar y aún así, ser capaz de regresar a su origen.


Sandra Muñoz , marzo 2022.


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