Carta Editorial. Año 1. No. 21 , noviembre 2021.

                     
   Hace unos años, llegué a casa de una gran amiga y maestra de teatro, le pregunté ¿Cómo puedo aprender sobre la condición humana? ¿Saben lo que ella me respondió? Haciendo teatro

  Respuesta rotunda como ella misma. Sin más palabras. Mencionó la frase y punto. Fue una respuesta inteligente, rápida, pero que evidenciaba el gran aprendizaje de vida después de haber practicado tanto teatro comprometido hasta los huesos.

  Pasó el tiempo, llegaron nuevas lecturas. También, obras de personas que montaron en espacios independientes o en CONARTE y a los cuales pude asistir a pesar de la pandemia. Después del convivio teatral, vinieron los tiempos de reflexión constante sobre lo que implica hacer teatro. 

  Y al interactuar con personas que escriben literatura, montan sus obras contra viento y marea,  o actúan, viene siempre a mi mente otra cuestión: ¿El teatro sigue siendo el medio donde aún podemos abordar nuestra condición humana?

  Dostoievski decía, El bien y el mal luchan constantemente y el campo de batalla está es el corazón del hombre (Entiéndase: humanidad). Por lo tanto, es en nuestro interior donde se encuentra el bien y el mal. Así que dentro está lo humano e inhumano.

   Además, hace unos días me encontré con un video breve del filósofo y escritor José Pablo Feinman, con su acento argentino y profundo, reflexionaba lo siguiente, Lo humano son las dos cosas. Somos un ser humano, contradictorio. En constante conflicto.

    Lo anterior, coincidió después de acudir a ver obras de teatro donde se abordaron los actos atroces que el ser humano ha realizado en contra de alguien más (La loca del maniquí, dramaturgia y dirección de Xavier Araiza) o cómo un ser humano también es capaz de valorar  una amistad de forma profunda (Balada para un amigo, dramaturgia de Pablo Luna y dirección de Leticia Parra). 

   Y ahí está, eso es lo que me maravilla del teatro y la literatura. Cuando alguien hace teatro o escribe literatura,  aborda nuestra condición humana. Por medio de esos dos maravillosos instrumentos humanos, reflexionamos en cómo el ser humano es capaz de actos atroces y,  también, de reconocer que es capaz de hacer obras de arte maravillosas. Por ese motivo, siempre retorno a las grandes  lecturas, Crimen y Castigo, Dr. Jekyll and Mr. Hyde, Hamlet, El rey Lear, El Quijote, Gargantúa y Pantagruel, etc., etc., etc., … 

  Al encontrarme en el camino con gente de teatro, dramaturgos o escritores que abordan de forma honesta nuestra condición humana haciendo a un lado lo políticamente correcto, voy alimentando la respuesta que me regaló mi amiga... había qué descubrirlo por mí mismo viendo una obra teatral, el gran cine o abriendo un libro/dramaturgia.

   Así que, hacer teatro, implica armarse de valor y recurrir a una escritura capaz de mirar lo que hay en nuestro ser. Y, tener presente que al mirar nuestro ser, hay que observar la vida y a los otros . ¡Que el teatro y la literatura continúen reflejando nuestra condición humana! ¡Se  necesita tanto!

Este es el contenido para el mes de Noviembre 2021



*Xavier Caro interpretando a "La loca del maniquí", dramaturgia de Xavier Araiza.Foto:  Mezquiteatro

Aarón Coré.*
      Nació en Monterrey, Nuevo León, México en el año de 1982.  Egresó el 2015 de la Escuela de Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. (UANL). Actualmente, cursa el sexto semestre de la Licenciatura de Educación en la misma universidad.

   El 23 de marzo de 2020, creó la Revista Sector Nostalgia. Pasión por el retorno... A través de este proyecto, se retorna a un tema cultural, personaje o trayectoria de un artista específico y se vincula con nuestro presente por medio de la escritura, podcast, entrevistas y breves documentales.

   Fundó  Mezquiteatro, el 6 de febrero de 2019, una compañía teatral independiente en la que realiza talleres, escritura, teatro y encuentro con las comunidades.  

*Actualizado el 04 de septiembre de 2021. Monterrey, Nuevo León, México.

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