Nostos educativo: Consideraciones sobre la pedagogía, docentes y aprendientes. Por: Aarón Coré.


Continúa el trabajo de análisis, reflexión y construcción de un pensamiento crítico en el aula universitaria de estudio de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, México. Y en este cuarto semestre de mi carrera de Educación, hay una materia que lleva por título Corrientes pedagógicas contemporáneas, la cual imparte la Doctora Luz Verónica Gallegos Cantú.

   El aprender de esta materia tiene mucha importancia para mí, porque estoy, cada lunes y viernes que me presento a clases, ante una cátedra y en una de ellas, la Doctora Luz Verónica Gallegos Cantú solicitó una definición sobre pedagogía. Y no se trataba de acudir al diccionario o de buscar la definición en Internet, sino que  al leer las cuartillas nos dimos cuenta que la definición tenía un lenguaje profundamente académico por parte del autor Eduardo Sota.

    El grupo y un servidor nos enfrentamos ante una definición caracterizada por bases filosóficas y que fue vitalmente necesaria para la construcción de una definición propia, o bien, para saber que no es tan fácil definir a la pedagogía con unas cuantas líneas aprendidas sin siquiera detenerse a pensar en las consideraciones de su significado.

     Eduardo Sota en el Diccionario Iberoamericano de la Filosofía de la Educación (1) menciona que a la pedagogía se le aborda de una manera filosófica, ya que su definición o significado debe ser “inexcusablemente epistemológico”. Y es muy importante que se le otorgue ese sentido de la episteme porque el maestro al estar estimulando la producción de un conocimiento científico, está generando el pensamiento anhelado. Ese tipo de pensamiento es el que se acompaña del análisis, reflexión y crítica que emana del alumno.

   En relación con lo anterior, Jeffer Harvey, en su tesis Consideraciones preliminares en torno del pensamiento pedagógico del autor (2)  , menciona que el pensamiento es el factor más importante del espíritu humano. De modo que entramos a algo más profundo al ir considerando el significado de la pedagogía, porque se está colocando como un modo de ser ante el mundo que nos rodea en el cual la educación surge de una interacción entre pedagogo y de aquel que está aprendiendo al generar preguntas a partir de esa pedagogía.

    Es interesante que Eduardo Sota realiza una mirada a la pedagogía y, además, la disecciona con gran cuidado hasta llegar a la crítica. Pone sobre la mesa una distinción importante entre “ciencias pedagógicas” y ciencias de la educación. Además, el autor menciona que la primera está caracterizada por la técnica y normativa, lo que aporta a la práctica educativa un perfil operacional. Entonces, ¿dónde quedaría la posibilidad de generar pensamiento y de todo lo que este conlleva? 

  También, afirma que las ciencias de la educación producen el conocimiento que se necesita para abordar ciencias humanas, tales como la sociológica o psicológica. Lo interesante de las ciencias de la educación es que generan más conocimiento o ciencia. Es interesante, subrayar que donde se genera conocimiento hay como telón de fondo una reflexión, crítica y práctica continua.  Y es sorprendente cómo a la pedagogía se le ha querido dividir en dos partes como si fuera un ente que al ser dividido pudiera seguir con vida. Sin embargo, como se mencionó al inicio, la pedagogía es de un abordaje filosófico y se le debe tratar como a una disciplina total.

  Por lo tanto, deseo hacer un hincapié importante y es a partir de lo que habla Eduardo Sota, ¿cómo dividir en dos o múltiples partes a una disciplina tan completa que genera no sólo conocimiento, sino que “describe nuestro mundo”? ¿Por qué empeñarse en dividir a una disciplina capaz de transformar al pedagogo, al que está aprendiendo y a nuestros entornos? No hay que perder de vista esta implicación y aportación profunda al ser humano.

   Ahora bien, dentro de la pedagogía es necesario considerar la siguiente cuestión: ¿cuál es la particularidad del pedagogo? Ser guía, orientar, proporcionar herramientas que incentiven la generación de conocimiento. Y ejemplificaré en esta consideración una de las pedagogías muy interesantes donde la figura del maestro o docente va más allá del dictado. Se trata de la Pedagogía constructivista y por supuesto, en el aula se abordó y reflexionó acerca de sus implicaciones.

  En esta pedagogía no sólo el docente enseña, sino que aprende junto al aprendiente. Aquí, el docente no quien solamente se interesa en vaciar el conocimiento en el individuo como si fuera un recipiente para después deslindarse de lo más importante que sucede en el acto educativo: el proceso de la interacción con el otro.

   Además, este proceso de interacción no sólo es con el otro, sino consigo mismo, porque a partir de ahí el conocimiento y preguntas que se generen posibilita la creación de conocimiento y aprendizaje basados en una interacción.  Ahora bien, el docente está involucrado antes, durante y después de una clase, lo cual es maravilloso porque revela un aprendizaje recíproco durante el proceso que se lleva a cabo entre maestro-alumno. 

  Pero, tiene una poderosa característica y es la de situarse ante un contexto y la pedagogía constructivista no se puede hacer a un lado y excluirla de sus entornos. Considero que eso hace más interesante a esta corriente pedagógica porque durante los procesos de conocimiento el aprendiente lleva a cabo algo más que ser un simple receptor pasivo.

    El proceso del que se habla en esta pedagogía es importante porque me recuerda a los procesos creativos que he llevado como director y actor en el teatro, donde al final de una puesta en escena, si se dialoga con el actor-individuo existe por medio de la palabra, la constatación de que lo más importante en el proceso fue la construcción como personas en ese proceso creativo. Pero me refiero a esos procesos que van acompañados de la reflexión, análisis y pensamiento crítico en el acto creativo al igual que los pedagógicos.

   En la pedagogía existe una transformación muy interesante en el docente-aprendiente y se trata de un sujeto transformado en aprendiente con una capacidad para pensar no sólo en la construcción del aprendizaje interior, sino que, revaloriza los procesos que se encuentran en la pedagogía y piensa en lo que le sucede al otro a partir de su interacción, es decir, se piensa en las problemáticas sociales y de la educación. ¿Eso le conviene al Estado?

  Sucede que estas consideraciones parten de una actividad que solicitó la Doctora Luz Verónica Gallegos Cantú. Precisamente, una docente que aplica la pedagogía en sus procesos. Que está fuertemente comprometida con la producción de un conocimiento que genere análisis, reflexión y pensamiento crítico a cada cátedra que imparte y que, además, está plenamente consciente de que al enseñar, está viviendo el acto educativo más maravilloso y me refiero a aquel que consiste en seguir aprendiendo junto a sus aprendientes.

1. Sota Eduardo (2011) Pedagogía. Diccionario Iberoamericano de Filosofía de la Educación. Fondo de Cultura Económica.

2. Cabezas, Jeffer Harvey (2011) Consideraciones preliminares en torno del pensamiento pedagógico del Profesor. Cuadernos de lingüística Hispánica. P. 95-112.




Aarón Coré.*
      Nació en Monterrey, Nuevo León, México en el año de 1982.  Egresó el 2015 de la Escuela de Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. (UANL). Actualmente, cursa el sexto semestre de la Licenciatura de Educación en la misma universidad.

   El 23 de marzo de 2020, creó la Revista Sector Nostalgia. Pasión por el retorno... A través de este proyecto, se retorna a un tema cultural, personaje o trayectoria de un artista específico y se vincula con nuestro presente por medio de la escritura, podcast, entrevistas y breves documentales.

   Fundó  Mezquiteatro, el 6 de febrero de 2019, una compañía teatral independiente en la que realiza talleres, escritura, teatro y encuentro con las comunidades.  

*Actualizado el 04 de septiembre de 2021. Monterrey, Nuevo León, México.

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1 Comentarios

  1. Dividir es una operación para dimensionar las partes de un fenómeno en un proceso de análisis, entendiendo que se suscita en el pensamiento abstracto como la reflexión.
    Así, la pedagogía es un proceso concreto en la educación como la dramatización en el teatro. Se divide la obra dramática y los personajes en sus partes, para analizar el objeto de estudio, por ejemplo el análisis psicológico de un personaje, pero este análisis no es el personaje, es una reflexión, una abstracción acerca de él para su comprensión. La pedagogía como la dramatización son procesos concretos que suceden, una en la educación y la otra en el teatro. Dividir es en lo abstracto para el análisis, como actuar en lo concreto para la acción.

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