La centralidad política, económica, social y cultural regiomontana. Por: Mezquiteatro.

“Actores somos todos nosotros, el ciudadano no es aquel que vive en sociedad: ¡Es aquel que la transforma!".
Augusto Boal.


   

El mundo social, económico, político, religioso y cultural de los habitantes de Monterrey, se detuvo para llevar a cabo medidas sanitarias y cambio urgentes en cada una de sus áreas. Unos de los cambios que representaba era el introducirse más en el mundo de la tecnología y redes sociales para mantener viva la comunicación entre los individuos. Pero, al mismo tiempo se hicieron evidentes varias cuestiones que son imposibles de pasar por alto. 


  Las medidas de contingencia ante la multitud de contagios y fallecidos a nivel nacional y mundial relacionados con el COVID-19, fueron difundidas por las autoridades gubernamentales a toda la población nuevoleonesa, sin importar el rango social, económico, geográfico, ideológico, político o cultural.

  Las medidas sanitarias han consistido en lavarse las manos, lavar inmediatamente la ropa al regresar a casa, desinfectar el hogar, aplicar la sana distancia con el otro, evitando abrazos y besos, y especialmente hacer caso a la indicación “si no tienes nada qué hacer afuera, quédate en casa”. 

   Modificaron su forma de trabajo las empresas, centros comerciales, mercados, callcenters, puestos de comida y bancos. Cerraron centros de esparcimiento y convivencia para que las personas evitaran contagiarse y practicar el distanciamiento. Los gobernadores, diputados e instituciones gubernamentales, promovieron la gravedad del asunto y en sus centros de trabajo aplicaron medidas sanitarias, e incluso, algunos diputados mostraron su inconformidad ante la información que se presenta respecto al virus. 

  Los templos religiosos fueron cerrados y algunos se reunieron virtualmente para seguir unidos en su fe. En el aspecto cultural regiomontano, los museos, cineteca, obras de teatro, conciertos musicales, talleres artísticos, danza y más eventos culturales que se llevan a cabo en su mayoría en Monterrey, cerraron sus puertas ante la contingencia. ¿Qué pasaba con comunidades o sectores donde el nivel socioeconómico es diferente?

  Actualmente, Mezquiteatro está ubicado en Ciudad Benito Juárez, Nuevo León, un municipio que colinda al norte con Pesquería, al este con Cadereyta, al sur con Santiago, y al oeste con Guadalupe. Ciudad Juárez es un municipio donde la mayoría de las personas trabajan en fábricas ubicadas en otros municipios como el de Monterrey, Apodaca, San Nicolás e incluso el de San Pedro. 

  Así es como se ha podido comprobar lo que se vive en los transportes urbanos de la ciudad Benito Juárez y en sus colonias, donde la única medida de protección suele ser la de utilizar un cubrebocas. Hay personas que han denunciado la actitud de desacato de estas personas a través de redes sociales. En los videos se muestra de todo, desde los que se rehúsan a alejarse de la Presa la Boca ubicada en Santiago Nuevo León, hasta los que necesitan salir y buscar el sustento diario. Algunos han salido en defensa de ellos y como parte de la observación social, externan el por qué la mayoría de esas personas salen de su casa y no obedecen el “quédate en casa”. 

   Dichos individuos salen a trabajar en fábricas o establecimientos comerciales donde los dueños aseguran tener las mejores medidas sanitarias para que el trabajador continúe laborando. Pero, es evidente que un espacio por más sanitizado que se encuentre no protege totalmente a individuos que recorrieron focos posibles de infección como el de subirse a transportes donde el hacinamiento diario es inevitable.

  ¿Qué se puede decir de los que buscan botes de plástico, aluminio o cajas de cartón en la basura de las calles o afuera de las casas? Es difícil no cuestionar a una pandemia que ha generado millares de muertos, porque pareciera que los que menos tienen son los inmunes o al parecer nadie los tomó en cuenta en esta plan de contingencia. Pareciera que es una pandemia exclusiva para gente que más tiene y que puede permanecer aislada con todo lo que necesita para estar en contacto vía Internet o con los mejores alimentos.

   Observar a estas comunidades donde los individuos deben trabajar para sobrevivir es lo que aporta una perspectiva distinta sobre cómo viven la pandemia sectores socioeconómicamente desfavorecidos. Las personas saben que un cubrebocas no lo es todo para protegerse de un virus considerado letal y los individuos que trabajan en mercados, fruterías, venta de comida en las aceras o acarreando leña del monte, muestran al expresarse, el grado de conciencia que tienen respecto al virus: “no hay otra forma de arreglárselas. Si es cierto o no este virus, de todos modos, se van a morir mis hijos si no salgo de la casa para ir a trabajar”. ¿Cómo poder enojarse ante su decisión? ¿Por qué etiquetarlos de ignorantes?

   Las diversas esferas que conforman nuestro país se han visto obligadas a reflexionar en cómo era la vida antes, cómo lo es ahora y cómo será después de la pandemia y, especialmente,  ¿Qué es lo que ha cambiado? Porque ha quedado en evidencia que la globalización genera un mundo de enormes desigualdades donde las principales fuentes de desarrollo social, económico y cultural,  radican en las ciudades centrales. 

   Es necesario reflexionar en la exclusión o preferencia que genera la centralidad en sus diversos aspectos. Por ejemplo, en el ámbito cultural regiomontano, se pone de manifiesto esa centralidad al existir una preferencia por realizar actividades culturales en Monterrey, y pocos son los teatros independientes, directores y actores que alternan su trabajo en la ciudad central, con otros municipios del Estado o país.

   Independientemente del COVID-19, en todo tiempo debe existir la conciencia de quiénes son los que han sido excluidos de nuestros entornos de manera política, social, ideológica, económica o cultural. Que el encuentro teatral y cultural suceda constantemente y por todos los medios posibles, de la misma manera con que se lleva a cabo en las ciudades centrales. Que se continúe generando conciencia a favor de lo que habitan en municipios donde no se cuenta con una biblioteca en sus comunidades, un teatro, o que no participación en actividades culturales.

  El ejercicio de reflexión y participación en la comunidad por parte de Mezquiteatro, siguió “activo a pesar del árido desierto”, como lo comentó Gerardo Valdez, un gran maestro, director e iluminador nuevoleonés que ha realizado multitud de obras teatrales en Monterrey, y que, además, ha recorrido municipios de Nuevo León y estados de la República mexicana manifestando el rompimiento de esa centralidad cultural regiomontana.

  A esos directores, directoras, actores, actrices y colectividades teatrales que llevan a cabo la labor de hacer teatro en municipios alejados de la centralidad cultural nuevoleonesa, se les reconocerá su labor  en próximos artículos. Mezquiteatro se acercará a ellos para documentar su experiencia en comunidades alejadas de Monterrey.  A ellos nos unimos a través de encuentros, talleres de actuación, donación de libros, diálogos, obras de teatro, lectura de poemas y en especial, la labor más importante que está implícita en el teatro, la de desarrollar una conciencia un ser humano que no excluye.

   Pero, hace falta participación y es imprescindible hacer a un lado el pensamiento de centralidad que fomenta la exclusión en ámbitos sociales, políticos, económicos, ideológicos y culturales. Asimismo, apoyar desde las distintas áreas que conforman nuestro estado (empresas, instituciones políticas, culturales y gubernamentales) a quienes se acercan a aquellas comunidades que los cuidados nacionales e internacionales han olvidado antes, durante y muy seguramente, después de esta pandemia.

   Además, urge tener claro que, los individuos menos favorecidos de municipios alejados de la centralidad, son quienes entre otras cosas, no participan de la escuela de vida que representa el Teatro. Hay que seguir reflexionando y accionando ante las siguientes cuestiones: ¿De qué nos sirve el Teatro? Y ¿Para qué hacer Teatro?






Herrero, S & Díaz-Márquez, A. (2019) La necesidad de generar una nueva definición de centralidad para las ciudades latinoamericanas. Arquitectura y Urbanismo, vol. XL, núm. 1. Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría.

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