Los tres estigmas de Philip K. Dick: La vigilancia. Por Arnoldo Diaz.

Arnoldo Diaz
 Philip K[indred]. Dick es uno de los escritores más influyentes del siglo XXI. Después de su muerte en 1982 sus infinitos textos se convirtieron en la base de nuestra cultura del entretenimiento. K. Dick está en todos lados, desde sus clásicas adaptaciones como Blade Runner (1982)[i] hasta las constantes referencias en Rick and Morty. Las ideas de este autor inundan el siglo XXI. Pero ¿Por qué?

   A diferencia de la creencia común, para el fanático del sci fi[ii] estas historias están contando la posibilidad de un futuro impresionante o desolador, pero también explican los mayores conflictos de la sociedad actual. Esto es especialmente cierto si leemos a Philip. Por ejemplo, tenemos en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968)[iii] la inevitable extinción de la enorme mayoría de los animales, por lo que la humanidad se ve en la necesidad de reemplazarlos con robots; también tenemos a Los tres estigmas de Palmer Eldrich (1965) donde caminar por las calles es realmente un suicidio debido a las altas temperaturas del planeta, se menciona incluso que la Antártida es la playa más exclusiva del planeta.

   Como vemos, estas imágenes no son producto meramente de la imaginación de nuestro autor, sino que son sus interpretaciones de lo que podría pasar si la humanidad no cambia de rumbo. K. Dick era particularmente crítico cuando se trataba de hablar del gobierno, en su obra El hombre en el castillo (1962) el autor imagina un mundo en el que la Alemania Nazi y el Imperio japonés ganan la Segunda Guerra Mundial, centrándose en la resistencia y la vida en un Estados Unidos literalmente dividido en dos, Philip está haciendo una crítica al propio autoritarismo de su tiempo donde la “libertad” ganó la guerra. Cabe mencionar que esto es especialmente notable en la adaptación para la televisión de este libro donde se muestran tanto los horrores de los verdaderos nazis, como aquellos realizados por EUA y la URSS durante la Guerra Fría.

   La vida de Philip y su peculiar forma de ver el mundo hizo que nuestro autor muriera con una etiqueta que retumbaba en su cabeza fuerte y claro: loco. Al final de sus días, K. Dick estaba cada vez más convencido de que lo espiaban, al principio pensó que eran los rusos, después su propio gobierno y finalmente comenzó a creer en una fuerza superior que lo vigilaba más allá de nuestro entendimiento. Esta figura se expresa en una de sus últimas obras publicadas en vida como VALIS (1981)[iv] e incluso en algunas de sus novelas póstumas como Radio Free Albemuth (1988)[v]. Todo esto intrigó, por supuesto, al público de sus novelas, pero era cada vez más claro que su salud mental iba en deterioro.
   Quizá la prueba más clara de ello es la conferencia que dio nuestro autor en Metz, Francia en 1977 en la cual explica a detalle sus experiencias más allá de la razón, lo que llegaron a convencerlo de que su trabajo estaba en realidad basado en el presente solo que un presente diferente. Esta idea se desarrolla de excelente manera en la adaptación televisiva de El Hombre en el Castillo (2015-2019), donde se muestra la idea de Philip de que existen diferentes realidades sobrepuestas de manera tan exacta que no podemos percibirla, pero lo suficientemente real como para poder visitarla a través de la meditación y el espiritualismo como precisamente se muestra en este libro/serie con el uso del oráculo chino el I Ching.
Pero ¿Y qué tal que las imaginaciones de K. Dick fueran reales? Dudo mucho la posibilidad de poder escapar de nuestra realidad por más que quisiéramos. Pero existe otro elemento clave en las obras de nuestro autor que hoy en día sobrepasan la ciencia ficción y se convierte en una realidad ajustada a nuestro contexto y nuestras limitaciones humanas. Hablo de la figura de los precogs, es decir, personas con la capacidad de visualizar líneas temporales futuras e incluso de leer las mentes de las personas y su uso policiaco.

   Este es un elemento clave en la literatura dickeneana, desde aquellos que pueden predecir la popularidad de un artículo en cuestión (Los tres estigmas…) hasta una sociedad donde los crímenes son resueltos antes de que se cometan (Minority Report[vi]). Creo yo que este es quizá el punto más profético de K. Dick en el siglo XXI, la tecnología se ha vuelto una parte esencial de nuestra vida, la misma da al Estado[vii] y a las compañías un control sobre nosotros sin precedentes en la historia.
    K. Dick expresa el miedo de un Estado con la capacidad de ver más allá de las posibilidades humanas, Minority Report es sin duda el caso más claro, tres hermanos capaces de ver distintos elementos de un crimen que aún no ha sucedido utilizados por la policía para evitar el crimen en las calles ¿Pero es que acaso el criminal no tiene la oportunidad de decidir si cometer el crimen o no?[viii] Pues es esta la premisa del cuento, así que continuaré sin spoilers.

   Claramente no podemos esperar que la policía tenga oráculos escondidos para resolver crímenes, pero si tienen softwares. La vigilancia en el siglo XXI es una de las constantes en nuestra vida. Los datos que generamos en nuestro día a día en nuestras computadoras y celulares permiten el registro de nuestros gustos, nuestros disgustos, nuestro lenguaje, los lugares que visitamos, nuestra familia, la gente con la que nos reunimos, etc., lo cual podría abrir la puerta a un ejercicio policiaco al estilo Minority Report.
Esto no pasa desapercibido para Philip, quizá una de sus más grandes “epifanías” es precisamente el haber predicho el exceso de vigilancia en el mundo y de paso el haber desenmascarado el mundo de las drogas, aquí haciendo referencia a la novela/película A Scanner Darkly (1977/2006) en la que Keanu Reeves, Robert Downey Jr., Woody Harrelson y Winona Ryder desarrollan su vida consumiendo una droga altamente adictiva, por lo que son rastreados por la policía, donde los límites entre el bien y el mal se borran. Esta es una historia que debería dejar lecciones muy importantes sobre la guerra contra las drogas, y visualmente una de las mejores adaptaciones de las historias de Philip, de la mano del director Richard Linklater.

   Nuestro presente inmediato es mucho más dickeneano de lo que creemos. El COVID-19 ha intensificado la vigilancia cibernética en muchos países. Corea del Sur en particular ha creado aplicaciones que muestran a funcionarios públicos –nombre bonito para la policía- cuando alguien ha salido del perímetro de su cuarentena, hasta crearon una pulsera con la misma función para aquellas personas que recurrentemente violan este perímetro, por lo que la policía podría llegar a tu casa y meterte a la cárcel por cruzar más calles de las que estipula el gobierno.

   Tal vez Philip no estaba tan loco, tal vez el gobierno estadounidense si lo espiaba, lo mismo la URSS como sospechaba. Tal vez este delirio de realidades alternativas le permitió observar otras formas de dominación y esclavitud, como él mismo describió. No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que Philip K. Dick nos advirtió sobre todo esto, la vigilancia, las drogas corporativas, el calentamiento global, la extinción y las religiones consumistas.

En estos tiempos donde la humanidad se enfrenta a retos que ponen en peligro su existencia como especie, la lectura de Philip K. Dick se hace imprescindible.





[i] El autor falleció unos meses antes del estreno de la primera adaptación cinematográfica de su trabajo.
[ii] Abreviación en inglés de ciencia ficción
[iii] Texto base para la película Blade Runner
[iv] Acrónimo para Vast Active Living Intelligence System
[v] La adaptación cinematográfica de este libro (2010) es considerada la adaptación más fiel a la escritura de Dick
[vi] Este es un cuento publicado en 1956, Steven Spilberg la llevo al cine con Tom Cruise en el 2002 y después realizó una serie de televisión en el 2015 a modo de secuela/adaptación, pero fue cancelada tras la primera temporada.
[vii] Aquí aclaro que cuando hablo de Estado no hablo solo del gobierno, sino de todas las instituciones que rigen nuestra vida en sociedad: iglesia, escuela, empresas, familia; y considero que Philip también lo veía así.
[viii] Una idea similar puede verse en el anime Psyco-pass (2012-).

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