Según me han contado, el mundo ha cambiado tanto, que ahora el azul es rosa y el rosa es azul.
Existió una vez, no hace mucho, pero tampoco hace poco tiempo, un príncipe que vestía de múltiples colores, el cual estaba destinado a casarse con una admirable e inteligente princesa. Él tenía la descendencia del reino y, por lo tanto, tendría que ser padre de un hijo varón. El príncipe de cuyo nombre no me acuerdo, tenía un muy mejor amigo con el cual se iba a montar a caballo todas las mañanas y se divertían juntos. Él no veía una mañana sin despertarse y ver a su muy mejor amigo.
La princesa estaba muy enamorada de él desde que eran niños y todo el reino esperaba con ansias verlos convertidos en rey y reina.
Llegó entonces el día que estaba todo cubierto de flores blancas. Y en el altar la princesa. Y en la puerta del templo, el príncipe vestido de múltiples colores. La mirada de la futura reina destellaba alegría e ilusión, mientras que la mirada del muy mejor amigo estaba apagada, en la última banca del templo. El casamiento concluyó con un “y serán felices por siempre”.
En la fiesta tocaron las campanadas de la medianoche y el príncipe salió junto con su muy mejor amigo a despedirse de él. Solo se dieron un fuerte abrazo y no hubo palabra alguna que rompiera el silencio. Fue el último momento en que el reino los vio juntos, hasta que se supo “lo otro”.
Una noche andaba un cazador perdido en el bosque y dijo haber visto al príncipe y a su muy mejor amigo a la orilla de un lago mirando las estrellas. Cuando se iba a acercar a saludar vio como juntaron sus bocas. Sorprendido y como pudo, corrió a avisar a la princesa y a su madre porque esto era algo terrible. Esto quedó entonces en silencio y el príncipe seguía viendo a su muy mejor amigo escapándose en las noches cuando la princesa entraba en sus sueños.
Se dice que se vio a la madre de la princesa recolectando unas cuantas hormigas en los caminos del castillo, que más tarde convirtió en guerreros, para mandar atar al muy mejor amigo del príncipe y quemarlo vivo. En cuanto el príncipe se enteró salió detrás de ellos; y detrás de él, la princesa; y detrás de la princesa, su mamá. Llegaron entonces a la orilla del lago donde quemarían al muy mejor amigo del príncipe y ahí el joven esposo de la princesa dijo que a quien quería era a su muy mejor amigo y no a ella. Esto enfureció a la mamá de la princesa y los convirtió en mariposas. Ambos pudieron así emprender un vuelo y escapar de la princesa y su mamá.
Hoy en día muchos tienen miedo de ser convertido en mariposas y por eso se ven a escondidas como el príncipe y su muy mejor amigo.
Esta obra de Sector Nostalgia está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
0 Comentarios